PUERTO PRINCIPE. AP. De un máximo de 22.000 soldados estadounidenses que había en Haití dos semanas después del devastador sismo del 12 de enero, la operación militar de ese país se ha reducido a 1.300 efectivos.
Seis niños haitianos se aferran a las manos del teniente Ben Stollerman mientras el ingeniero naval estadounidense camina por uno de los campamentos más grandes en Haití para los refugiados del terremoto de enero.
“Me siento como el Flautista de Hamelin”, dice mientras hace una pausa después de mostrar los proyectos que dirige para ayudar a reducir las inundaciones en un campamento improvisado para 47.000 personas. Stollerman dice que ha tratado de explicar a los niños que no estará allí para siempre. La semana próxima se embarcará de regreso.
A partir del 1 de junio, la Guardia Nacional de Luisiana estará a cargo de un contingente de 500 personas con sede en Gonaives, una ciudad vulnerable a las inundaciones al norte de la capital, donde 800 personas murieron hace dos años por el paso de tres huracanes y una tormenta tropical.
Otras unidades de la Guardia Nacional rotarán cada dos semanas desde Nevada, Montana, Arizona, las Islas Vírgenes y Puerto Rico, dijo el mayor general Simeon Trombitas, que dirige el Comando Sur del ejército estadounidense y está al mando de una fuerza de tareas conjunta con Haití en su último mes.
Sin embargo, los miles de soldados de la Operación Respuesta Unificada, que contribuyó a mantener la paz, distribuir alimentos y dar una sensación de seguridad para los conmocionados haitianos, serán cosa del pasado.
“La partida de los norteamericanos es un poco triste porque ellos hacen las cosas”, dijo Marie Ange Joseph, una vendedora callejera de 36 años cuya casa se desplomó y cuyo marido perdió su trabajo de inspector de aduanas.
Mientras tanto, ingenieros de la armada estadounidense instalaban rejas de acero sobre las cloacas abiertas en las cercanías. “Si las tareas quedaran para los haitianos, no las harían”, agregó.
Los niños jugueteaban cerca de uno de los pozos desde donde salía un hedor fétido, mientras a corta distancia un joven descamisado vendía cigarrillos y un grupo jugaba a los naipes.
Un contingente de ocho efectivos del Comando Sur permanecerá en la capital Puerto Príncipe con unos pocos helicópteros Chinook y Blackhawk. Los ingenieros de la Armada norteamericana también se quedarán en Haití para proteger a aquellos entre los 1.300.000 de refugiados que corran riesgo de inundaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario