jueves, 20 de mayo de 2010

Venezolana rescatada del tren N vivirá.

CATALINA JARAMILLO/EDLP

NUEVA YORK — Es imposible especular si José Gómez sabía las consecuencias de lo que hacía cuando saltó a las líneas del tren N en Astoria la noche del viernes pasado. De lo que no cabe duda alguna es de su intención: salvar la vida de Beatriz Briceño, una chica con la que salía ese día por primera vez.

Gómez, venezolano de 29 años, murió en el acto. Pero felizmente su deseo se está haciendo realidad. Briceño, que también es venezolana, está dando signos de recuperación en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Elm- hurst.

Briceño, de 19 años, está consciente, con los ojos abiertos y moviéndose normalmente, pero todavía no puede hablar. Según Dario Centorcelli, vocero del hospital, ya salió del coma, está respondiendo y reconociendo a la gente y probablemente saldrá hoy de la Unidad de Cuidados Intensivos.

“Ya está bien”, dijo aliviada una amiga que la acompañaba en su habitación pero no se quiso identificar.

Beatriz trabajaba de mesera en el restaurante venezolano “El Cocotero” en la calle 18 en Manhattan, donde una semana antes atendió a Gómez. Él la contactó por Facebook y quedaron de salir la noche del viernes.

Según la administradora del restaurante, Miriam Mavarez, Briceño comentó que Gómez era un buen muchacho, pero nada del otro mundo.

“Lo normal, estaba haciendo amigos. No sabía si ir, pero luego se animó”, explicó Mavarez.

La administradora de El Cocotero relató que salieron a las seis de la tarde del restaurante y que Briceño le dijo que la esperara para irse juntas, pero que más tarde la llamó y le dijo que se fuera porque estaba bien.

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