sábado, 8 de mayo de 2010


¿El matrimonio acaba el amor? Todos los días oímos historias acerca de parejas felices que después de casarse comienzan a vivir un verdadero infierno – o una insoportable agonía. Y en el mejor de los casos, simplemente el amor parece agotarse rápidamente.

No es el casamiento en sí mismo lo que mina el deseo y la voluntad de convivir con la misma persona, sino los problemas que derivan de la convivencia: monotonía, tedio y celos encabezan una larga lista, en la que cada uno de los cónyugues parece hacer un esfuerzo por poner en evidencia sus peores defectos.

Enfrentar la rutina del matrimonio no es fácil, y no es raro cada día parezca ser menos mágico y más previsible que el anterior. Vivir con una persona significa estar presente en sus momentos de mal humor, y para poder tolerarlo se hace indispensable tener en claro que cada uno de nosotros necesita su propio espacio y sus momentos de soledad.

Respetar los tiempos del otro y adaptarlos a los nuestros es fundamental para lograr una mayor armonía de la vida en pareja. Es un largo aprendizaje, pero nunca hay que dejar de lado su premisa fundamental: hacer de cada día del matrimonio el primero, en que lo principal era satisfacer nuestros deseos y anhelos, y los de la persona amada.Fuente:femenino.info

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