NUEVA YORK/ LAVANGUARDIA.ES.- Una semana después del caos generado por un hombre que se coló en los controles de seguridad, el aeropuerto neoyorquino de Newark fue escenario hoy del aterrizaje de emergencia de un Airbus.
El avión aterrizó sobre dos de los tres trenes de aterrizaje. Ninguno de los 48 pasajeros resultó herido y pudieron abandonar la nave por el ala derecha del avión tumbado a través de las rampas de emergencia.
El Airbus A319, procedente de Chicago, se encontraba en la maniobra de aproximación a Newark cuando el piloto informó de un "pequeño problema". Uno de los trenes de aterrizaje no salía y todos los intentos de solucionar el inconveniente por parte de los cinco tripulantes fracasaron.
Por eso, el piloto decidió aterrizar de emergencia. Al avión aterrizó con suavidad y, como es habitual, rodó sobre los otros dos trenes de aterrizaje. Sólo cuando la máquina de 40 toneladas de peso empezó a circular a menor velocidad, se volcó sobre el ala derecha y siguió avanzando. Del metal saltaron chispas, pero no se produjo ningún fuego. Los pasajerons del avión, que iba ocupado sólo en el 50 por ciento de su capacidad, aplaudieron a la tripulación, aseguró el New York Times.
Los pilotos, a su vez, agradecieron que todos mantuvieran la calma. El aeropuerto, uno de los tres de Nueva York y uno de los más concurridos de Estados Unidos, fue cerrado para este aterrizaje de emergencia. Veinte minutos después, sin embargo, volvieron a habilitarse dos de las tres pistas de despegue. En la tercera, los expertos analizaban el Airbus de United Airlines.
El avión aterrizó sobre dos de los tres trenes de aterrizaje. Ninguno de los 48 pasajeros resultó herido y pudieron abandonar la nave por el ala derecha del avión tumbado a través de las rampas de emergencia.
El Airbus A319, procedente de Chicago, se encontraba en la maniobra de aproximación a Newark cuando el piloto informó de un "pequeño problema". Uno de los trenes de aterrizaje no salía y todos los intentos de solucionar el inconveniente por parte de los cinco tripulantes fracasaron.
Por eso, el piloto decidió aterrizar de emergencia. Al avión aterrizó con suavidad y, como es habitual, rodó sobre los otros dos trenes de aterrizaje. Sólo cuando la máquina de 40 toneladas de peso empezó a circular a menor velocidad, se volcó sobre el ala derecha y siguió avanzando. Del metal saltaron chispas, pero no se produjo ningún fuego. Los pasajerons del avión, que iba ocupado sólo en el 50 por ciento de su capacidad, aplaudieron a la tripulación, aseguró el New York Times.
Los pilotos, a su vez, agradecieron que todos mantuvieran la calma. El aeropuerto, uno de los tres de Nueva York y uno de los más concurridos de Estados Unidos, fue cerrado para este aterrizaje de emergencia. Veinte minutos después, sin embargo, volvieron a habilitarse dos de las tres pistas de despegue. En la tercera, los expertos analizaban el Airbus de United Airlines.
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