PUERTO PRINCIPE (AP) ” Seis helicópteros del ejército estadounidense con más de 100 soldados aterrizaron frente al semiderruido palacio presidencial el martes para ayudar en las tareas de seguridad y recuperación tras el devastador terremoto de hace una semana.
Los haitianos se abarrotaron en la verja del palacio con cara de sorpresa, dando vítores a medida que los soldados saltaban a tierra.
"Estamos contentos de que lleguen, porque tenemos muchos problemas", dijo Fede Felissaint, un peluquero.
Dadas las circunstancias, no le importó que los soldados tomaran posición frente al palacio presidencial.
"Si quieren, que se queden por más tiempo que en 1915", dijo, refiriéndose al inicio de los 19 años de presencia estadounidense en el país. Las autoridades estadounidenses han insistido en que no tienen ninguna intención de hacer eso.
Una semana después del sismo de 7,0 de magnitud, que se calcula mató a unas 200.000 personas, se esperaba que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobase tropas de paz adicionales. Unos 2.000 infantes de marina que llegaron al área la víspera estaban estacionados frente a la costa en sus barcos.
El puerto permanecía bloqueado. La distribución de comida, agua, y productos de primera necesidad desde el único aeropuerto de la ciudad está aumentando pero aún necesita mejorar considerablemente, frustrando a los muchos sobrevivientes que duermen en las calles y en campos al aire libre.
Sin embargo, episodios de violencia y saqueos también hacen peligrar las pequeñas mejoras registradas a la hora de ofrecer ayuda a las víctimas.
A tan sólo cuatro manzanas del aterrizaje estadounidense, cientos de saqueadores corrían por el centro de la ciudad.
"Así son las cosas. No hay nada que podamos hacer", dijo Arina Bence, una agente de policía haitiana que intentaba mantener a los civiles fuera de la zona de saqueo por su propia seguridad.
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