domingo, 22 de noviembre de 2009

Dominicano liberado tras 18 años es recibido como héroe en el Alto Manhattan ..


NUEVA YORK._ Fernando Bermúdez, el dominicano que estuvo 18 años en una cárcel acusado de un asesinato que nunca cometió, volvió a ver tras casi dos décadas de prisión su hogar materno anoche, después de salir de la cárcel federal en el poblado de Ossining (parte alta Alta Norte del estado), después que un juez federal lo liberara sin fianza el jueves. Bermúdez, llegó al edificio 590 de la calle 204 y avenida Sherman en el Alto Manhattan en un vehículo blanco tipo Suv, acompañado por amigos y parientes que lo escoltaron primero a Connecticut donde vive su esposa Cristal y sus hijos e hija y luego al barrio dominicano donde creció junto a sus compañeros de escuela y amigos.

Previo a su llegada, tanto la entrada del edificio como el apartamento 22-B en el segundo piso, tenían ambiente de fiesta por lo que no sólo su familia estaba de júbilo, sino también decenas de residentes en el vecindario.

Lo primero que dijo es que después de la injusticia que se hizo con él, se siente alegre y vive de nuevo. “Gracias Señor, gracias Señor”, repetía una y otra vez con los ojos llorosos el dominicano que por casi 19 años, fue condenado injustamente por un asesinato que no cometió.

“Por todos esos años que estuve en prisión, sufrí de grandes depresiones, pero por fin, este día ha llegado, gracia Dios!”, exclamaba Bermúdez rodeado de hermanos, la madre, el padre y otros parientes que lo abrazaban y se aferraban a él con visible fuerza.

“Seguiré estudiando en el colegio y darle un ejemplo bueno a la juventud para que aprendan que les puede pasar a ellos también, si se descuidan”, dijo Bermúdez que a pesar de los casi 20 años en la cárcel, presenta un aspecto juvenil, físicamente estable y a decir de muchos y muchas, el ex prisionero, tiene la apariencia de un actor de cine.

Su llegada al barrio no sólo atrajo a sus conocidos, sino también a muchos curiosos jóvenes, hombres y mujeres que desconociendo la información sobre su caso, preguntaban a este reportero si se trataba de alguna celebridad.

Bermúdez que comenzó a estudiar la carrera de psicología en la cárcel, faltándole sólo dos semestres, dijo que completará sus estudios en Mercy College y que también quiere estudiar otra carrera.

“Mi intención es ayudar a la juventud y a otro a superar los obstáculos que se les presentan en el camino”, dijo. “Seguiré pá lante porque nuestra comunidad necesita de mucha ayuda con sus jóvenes”, agregó.

Preguntado sobre los rumores de que hará una demanda por $100 millones de dólares, respondió en medio de estridentes gritos de júbilo que aunque se ha puesto con el abogado, no ha pensado en el monto y terminó con sonoro:

“Yo, lo que quiero es comer”.

Cuando subió al apartamento de sus padres – Frank y Gabriela Bermúdez – el espacio del hogar que lo vio nacer, resultó muy pequeño para recibirlo. Flores, un cartel de brillo dándole la bienvenida, flores, música latina a todo volumen y la enorme cantidad de vecinos, parientes y conocidos que le esperaban, formaron el marco ambiental que él, se imaginó cada noche y durante 18 años en las ergástulas.

Su mamá. Le cocinó uno de los platos favoritos de Bermúdez: lechón asado y moro de arroz con gandules. Vecinos de su cuadra se expresaron contentos acerca de su liberación y su hermano Danny Bermúdez de 39 años de edad, dijo que era el momento más feliz de su vida, afirmando que nunca dejó de creer en la inocencia de su pariente.

Luego de ser recibido dentro del apartamento, se dirigió a la habitación en la que lo esperaban sus progenitores y allí, la escena fue indescriptible: lágrimas, abrazos, risas y la sombra de un largo trauma que Fernando Bermúdez, comienza a tratar de borrar para siempre, pero aún así, proclamó que su libertad es el triunfo de la inocencia y con sobrada razón.

Autor: Miguel Cruz Tejada

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