lunes, 23 de noviembre de 2009

Láser: un aliado para la ginecología y la obstetricia.


Santo Domingo. El láser es uno de los instrumentos más utilizados en distintas patologías. Hoy en día se puede ver en el campo de la ginecología y la obstetricia, específicamente en la cesárea. A esto se le llama Láser asistido en ginecología y obstetricia, Laasop.

Según explica el cirujano gineco-obstetra, Gabriel De Peña, cuando se habla de la cesárea asistida con láser se tiene que hablar de la cesárea Laasop. Esta es una técnica reconocida por diferentes sociedades y federaciones dentro del campo de la ginecología.

Este sistema está diseñado principalmente para no hacer daño ni a la madre ni al bebé, ya que cuenta con un sistema integrado que posee diferentes láser: un sistema infrarrojo que mide la profundidad y temperado. "Si el equipo recibe una temperatura alta se apaga, si el grosor llega al líquido amniótico también se apaga, por lo que no hay forma de hacer daño a la criatura. Otro para trabajar la piel e ir haciendo incisiones -limpia, estéril, sin inflamación, sin sangrado- capa por capa hasta llegar a la membrana", señala De Peña.

"Como este procedimiento no hace que la paciente sangre, por la precisión de su bisturí, este va a tener menos dolor y su recuperación es mucha más rápida que la cesárea tradicional", aclara el experto.

"Por las cualidades de este método, van a haber varias complicaciones menos. Cuando se hace una incisión con un bisturí, si hay bacterias en la piel, el bisturí las lleva hacia dentro, y como en la cesárea tradicional hay sangre, esta bacteria está en su mejor su ambiente. Pero cuando se hace una incisión con el sistema Laasop, en la piel se hace una evaporización de una capa célula que si por casualidad hay una bacteria también se evapora", afirma el experto.

Como los cortes son sin sangrado, la paciente no tendrá anemia. En la tradicional, si hay anemia, luego de quitar los puntos, a la paciente se le abre la herida, lo que significa que no hay dehiscensia de herida, por lo que no hay infección y muchos menos hay que transfundirla, evitando así un posible contagio de HIV o la hepatitis B o C. Otra ventaja es que al no tener dolor, la paciente intervenida se puede poner de pie y caminar. Con esto se previene que las venas se atrofien, que haya adherencias (cuando los órganos se pegan por la sangre) y en menos de 24 horas puede estar en su casa, feliz con su recién nacido y sin esos gastos clínicos que todas saben lo costoso que salen.

El galeno afirma que las pacientes que son sometidas a esta práctica pueden comer sopa y gelatina, para que de esta manera se movilicen los intestinos y así poder evitar una patología que se llama Ileo paralítico, (obstrucción intestinal).

"Son siete los casos que se han hecho con madres que tienen HIV y los bebés han salido sanos, pues no se contagian", resalta el ginecólogo. "Finalmente, con esta técnica que su tiempo de duración es 15 minutos, si no hay complicaciones con la criatura y con un campo quirúrgico limpio, estamos salvando vidas".

A TOMAR EN CUENTA

Es usada también en partos normales, y la recuperación es más rápida. Se necesita anestesia, y se han realizado aproximadamente unos 470 procedimientos sin complicaciones.

Usos e indicaciones


Se pueden hacer histerectomías, extraer fibromas, realizar ligaduras de trompa, operar quistes de ovario y cualquier patología ginecológica. Sus indicaciones son: anemia, dengue, preeclampsia, HIV, Hepatitis B y C e hipertensión.

De Yohanna Hilario

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