Monterrey/EFE — Alrededor de 10.000 personas se concentraron ayer en la ciudad de Monterrey, capital del estado de Nuevo León, fronterizo con los EE.UU., para exigir que regrese la “tranquilidad y la paz” a esa urbe mexicana y rechazar la violencia del crimen organizado que azota a la región.
La manifestación fue convocada por el gobierno de Nuevo León y se llevó a cabo en el Parque Fundidora de Monterrey, donde 10.000 personas vestidas de blanco gritaron consignas en favor de la paz, según cifras de la oficina de Protección Civil local.
“Es un día muy especial, histórico. Tenemos que estar unidos por la paz”, afirmó el presentador de televisión Óscar Burgos, quien hizo las veces de conductor del acto.
El noreste de México, donde se ubica Monterrey, la segunda ciudad en importancia del país, vive actualmente una espiral de violencia derivada de la guerra que declararon los carteles de las drogas de Sinaloa, La Familia y del Golfo contra la organización narcotraficante “Los Zetas".
Esas organizaciones acusan a “Los Zetas”, antiguos socios del cartel del Golfo, de extorsionar y robar a la población, actividades de las que supuestamente ellos se abstienen.
Entre los oradores estuvieron además presentes madres de familia, jóvenes, un niño y varios presentadores de la televisión local, los cuales demandaron paz y tranquilidad en Monterrey “para que se pueda volver a caminar por sus calles y parques sin el temor de verse envuelto en una balacera”, como lo expresó Karla Panini, del canal Televisa.
El gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, asistió como un “civil más”, y estuvo acompañado de su esposa y dos hijos.
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