Nueva York, (EFE).- El Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York inauguró hoy una exposición con diferentes proyectos arquitectónicos para proteger la costa neoyorquina ante las subidas de agua del nivel del mar y las tormentas que con frecuencia afectan a la zona y que aumentan por el impacto del cambio climático.
La muestra "es el resultado de una innovadora aproximación a problemas arquitectónicos actuales como qué harán las ciudades ante la subida del nivel del mar y el aumento de las frecuencias de tormentas causadas por el cambio climático", dijo hoy a Efe Barry Bergdoll, comisario jefe de arquitectura y diseño del museo.
Los proyectos afectan a lugares simbólicos de esta ciudad, que van desde la isla Ellis y la Estatua de la Libertad hasta el puente Verrazano, así como el muy contaminado canal Gowanus o el área de Bayonne, ubicados en una zona de almacenaje petrolero y un muelle de uso militar.
El experto señaló que esta exposición, abierta hasta el 11 de octubre, tiene propuestas que van desde la creación de marismas a lo largo de la bahía y un paisaje estilo veneciano a la rehabilitación de muelles e islas artificiales o la creación de una barrera de arrecifes que proteja las colonias de ostras del área de Gowanus.
Bergdoll explicó también que en la exposición han trabajado cinco equipos integrados por arquitectos, ingenieros y paisajistas, que presentaron proyectos "con una gran variedad de aproximaciones y sugerencias de cómo Nueva York se puede reconstruir y repensar como una ciudad que tendrá una relación más íntima con el mar".
El experto subrayó que Nueva York ha ido volviendo su espalda al mar y que "ha huido de su puerto cuando en realidad nació como ciudad portuaria".
"Mucha gente aquí no se da ni cuenta que el aire que respiran es marino y de que es por esta misma razón que la ciudad tiene una luz tan bonita. Poca gente en Nueva York se acuerda que es una ciudad oceánica", agregó.
Para Bergdoll "el cambio climático no es sólo un problema por resolver, sino una oportunidad de hacerlo a través de proyectos locales con implicaciones globales".
Los arquitectos Adam Yarinsky, Stephen Cassell y Susannah Drake propusieron así un nuevo territorio urbano para la zona neoyorquina conocida como "zona cero" y que resultó destruida tras el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center.
Estos arquitectos han ideado una zona de humedal en esa área del bajo Manhattan con nuevas infraestructuras, nuevos parques y calles concebidas como un espacio natural con cabida para las plantas con tolerancia a la sal.
"Así no sólo habría un nuevo espacio verde, sino también una zona invisible que actuaría como una especie de esponja absorbiendo el agua de la lluvia", explicaron los expertos.
Agregaron que ese proyecto contiene un sistema de ingeniería orgánica para reaccionar ante las subidas diarias de las mareas y las que causan las tormentas, con lo que la isla volvería a sus orígenes, cuando fue fundada en el siglo XVII por colonos holandeses que amurallaron y fortificaron la zona para defender a Nueva York del mar.
De los arquitectos Paul Lewis, Marc Tsurumaki y David Lewis se expone un proyecto sobre el parque en que se ubica la emblemática estatua de la Libertad, en la isla de Ellis, y que ellos consideran que "esta destinado a desaparecer por la subida del nivel del mar".
Para combatir esa posibilidad, este grupo de arquitectos ha propuesto ampliar el litoral mediante la creación de unos brazos que reconecten con Nueva Jersey y que creen un paisaje híbrido de tierra y mar que permita un sistema de transporte terrestre y marítimo.
La muestra "es el resultado de una innovadora aproximación a problemas arquitectónicos actuales como qué harán las ciudades ante la subida del nivel del mar y el aumento de las frecuencias de tormentas causadas por el cambio climático", dijo hoy a Efe Barry Bergdoll, comisario jefe de arquitectura y diseño del museo.
Los proyectos afectan a lugares simbólicos de esta ciudad, que van desde la isla Ellis y la Estatua de la Libertad hasta el puente Verrazano, así como el muy contaminado canal Gowanus o el área de Bayonne, ubicados en una zona de almacenaje petrolero y un muelle de uso militar.
El experto señaló que esta exposición, abierta hasta el 11 de octubre, tiene propuestas que van desde la creación de marismas a lo largo de la bahía y un paisaje estilo veneciano a la rehabilitación de muelles e islas artificiales o la creación de una barrera de arrecifes que proteja las colonias de ostras del área de Gowanus.
Bergdoll explicó también que en la exposición han trabajado cinco equipos integrados por arquitectos, ingenieros y paisajistas, que presentaron proyectos "con una gran variedad de aproximaciones y sugerencias de cómo Nueva York se puede reconstruir y repensar como una ciudad que tendrá una relación más íntima con el mar".
El experto subrayó que Nueva York ha ido volviendo su espalda al mar y que "ha huido de su puerto cuando en realidad nació como ciudad portuaria".
"Mucha gente aquí no se da ni cuenta que el aire que respiran es marino y de que es por esta misma razón que la ciudad tiene una luz tan bonita. Poca gente en Nueva York se acuerda que es una ciudad oceánica", agregó.
Para Bergdoll "el cambio climático no es sólo un problema por resolver, sino una oportunidad de hacerlo a través de proyectos locales con implicaciones globales".
Los arquitectos Adam Yarinsky, Stephen Cassell y Susannah Drake propusieron así un nuevo territorio urbano para la zona neoyorquina conocida como "zona cero" y que resultó destruida tras el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center.
Estos arquitectos han ideado una zona de humedal en esa área del bajo Manhattan con nuevas infraestructuras, nuevos parques y calles concebidas como un espacio natural con cabida para las plantas con tolerancia a la sal.
"Así no sólo habría un nuevo espacio verde, sino también una zona invisible que actuaría como una especie de esponja absorbiendo el agua de la lluvia", explicaron los expertos.
Agregaron que ese proyecto contiene un sistema de ingeniería orgánica para reaccionar ante las subidas diarias de las mareas y las que causan las tormentas, con lo que la isla volvería a sus orígenes, cuando fue fundada en el siglo XVII por colonos holandeses que amurallaron y fortificaron la zona para defender a Nueva York del mar.
De los arquitectos Paul Lewis, Marc Tsurumaki y David Lewis se expone un proyecto sobre el parque en que se ubica la emblemática estatua de la Libertad, en la isla de Ellis, y que ellos consideran que "esta destinado a desaparecer por la subida del nivel del mar".
Para combatir esa posibilidad, este grupo de arquitectos ha propuesto ampliar el litoral mediante la creación de unos brazos que reconecten con Nueva Jersey y que creen un paisaje híbrido de tierra y mar que permita un sistema de transporte terrestre y marítimo.
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