DETROIT.- Una dominicana defraudó por millones de dólares al programa estatal de asistencia sanitaria Medicare, mediante clínicas que tenía en la zona de Detroit, y a fin de ampliar el negocio había instalado una más para su hija y yerno.
Las ganancias pronto subieron: en un año, Daisy Martínez extrajo al Medicare 10,7 millones de dólares con tres clínicas, mientras que su hija, obtuvo otros 649.000 dólares, en sólo cuatro meses.
Ambas habían pasado facturas al gobierno por terapias falsas con medicamentos al tiempo que atraían a gente desesperada que vivía en las calles con efectivo, dinero y calmantes para el dolor.
El Medicare es el organismo y programa estatal de asistencia sanitaria a personas mayores de 65 años en Estados Unidos.
Martínez, de 51 años, fue sentenciada el jueves a ocho años de prisión por el juez federal Gerald Rosen, quien se dijo "absolutamente horrorizado" por las pruebas.
El caso mostraría la vulnerabilidad de Medicare, misma que facilitaría esquemas de defraudación.
Arreglos extrajudiciales, multas e indemnizaciones en casos de fraude alcanzaron en el año fiscal 2009 los 4.000 millones de dólares en Estados Unidos. "Y es sólo la punta del iceberg", había dicho hace días Daniel Levinson, inspector general del departamento de Salud y Servicios Humanos, ante el congreso.
Según el expediente, el sistema de Daisy Martínez era sencillo. La mujer se había marchado de Miami para aprovechar las subvenciones que el gobierno entrega a beneficiarios del Medicare a fin de que reciban ciertos tratamientos con fármacos.
Martínez se mudó a Michigan después de que las autoridades combatieron estafas similares en Florida, donde había residido.
En 2006-2007, Martínez era codueña de dos clínicas en un suburbio de Detroit —la Sacred Hope (Esperanza Sagrada) y la X-Press Center (Centro X-Press) y era socia en otra, la Dearborn Medical Rehab Center (Centro de Rehabilitación Médica Dearborn).
La procesada aceptó que había contratado un doctor y despachado a reclutadores para que ofrecieran 50 dólares y a veces hasta más dinero a las personas que tuvieran tarjetas del Medicare a fin de atraerlas a las clínicas. Muchos beneficiarios del Medicare viven en las calles porque no tienen casa.
Las clínicas por lo común pasaban después la factura al Medicare por terapias en las que hubieran utilizado cosyntropin, una sustancia para diagnosticar problemas en la glándula suprarrenal.
De hecho, las terapias eran innecesarias o simplemente jamás se hicieron. Algunas personas sólo recibieron inyecciones de vitaminas.
"La conducta de Martínez resultó en centenares de infusiones médicamente innecesarias para pacientes con VIH y hepatitis C que no servían para nada... El propósito de esas clínicas no era ayudar a los enfermos sino robar dinero", dijeron fiscales del Departamento de Justicia en un documento presentado ante la corte.
Martínez y su socio, José Rosario, habían huido a su país natal, República Dominicana, en el 2007, después de que las autoridades sospecharan de los cobros y les congelaran cuentas bancarias.
Ambos regresaron a Estados Unidos el año pasado cuando fueron acusados formalmente.
Martínez y Rosario se declararon culpables de asociación ilícita. Otras nueve personas, incluido un doctor y cuatro beneficiarios del Medicare que recibían comisiones, también se declararon culpables o recibieron sentencias en el juicio.
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