martes, 22 de junio de 2010

Por una piel perfecta..


Por una piel perfecta. Antes de que llegue la próxima temporada de verano, es necesario de hacer una puesta a punto de la piel.

El invierno se presenta como un momento ideal, ya que todavía está la primavera mediante para “reflorecer”. Una de la manera de tener una piel tersa y siempre joven consiste en hacerse periódicamente peeling, que remueve células muertas, manchas, y otro tipo de imperfecciones.

Este tratamiento realizado en un gabinete profesional supone un costo importante y el uso de distintos tipos de ácidos sintéticos que no siempre resultan aptos para todo tipo de cutis. Algunos tienen contradicciones expresas, como por ejemplo cuando se trata de personas alérgicas

Por eso indagamos en los llamados peelings mecánicos, más naturales y menos invasivos que resultan ideales para hacer en casa.

En la actualidad se conocen varias formulas para hacer peelings, pero básicamente dos tipos de procedimientos: el mecánico y el químico. En el primero se inscriben lo que son a base de formulas totalmente naturales y se logran por fricción, es decir, masajeando en forma circular y ascendente un producto que contenga partículas pulidoras.

Lo ideal es que estas sean redondeadas, sin aristas putas para que no lastimen la piel, es por esto que no son convenientes las semillas de duraznos u otras, que aunque sean naturales a la luz de microscopio no tienen bordes.

Lo más aptos para estos tratamientos que pueden realizarse en casa resultan los gránulos de polietileno que son redondos. El peeling químico, por el contrario se logra mediantes sustancias desprenden al solo contacto con la epidermis, la ultima capa de células muertas, por lo tanto, no requiere de un trabajo de fricción.

En este caso a cambio de formulas naturales se utilizan, ácidos (como el láctico o el retinoico) que cumplen en pocas sesiones con la función.

Tanto uno como el otro resultan beneficiosos para la piel del rostro y cuerpo porque eliminan el exceso de células que se encuentran en la última capa de la piel que, de no eliminarse periódicamente engrosan la piel predisponiendo a problemas tan comunes como el vello encarnado, la sequedad, arrugas prematuras, opacidad de la piel, quistes sebáceos y otras imperfecciones.

Todas ellas terminan con la perdida de elasticidad, y por ende con la incapacidad de la piel de aprovechar los productos que se apliquen sobre ella a diario, por más que pertenezcan a las mejores marcas.Fuente:femenino.info

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