Nueva York — Para muchos mexicanos, el sueño de llegar a la final se detuvo en alguna parte de La Patagonia y habrán que esperar cuatro años más para ver si se logra avanzar a octavos de final.
En el condado de Queens, el nerviosismo era evidente ayer por la mañana entre los residentes de origen mexicano.
Y lo más que pedían era que los jugadores tricolores sudaran la camisa y dieran un buen fútbol.
Fue entonces que inició el partido. Los asistentes al restaurante ‘Guadalajara de Noche’ se sentían motivados después de que uno de sus connacionales había pegado en el travesaño del equipo argentino.
Pero el gol tempranero de Argentina opacó el festejo para transformarse en reproches contra los jugadores mexicanos.
“Pinche equipo, siempre hace lo mismo. Juega muy bien los primeros 15 minutos y después se pierden. ¡Vale madres!”, dijo Oscar Rojas, quien apenas daba crédito a lo que veía.
El segundo tanto fue el acabose para los espectadores del bar. “Pinches defensas pendejos, ¿Cómo se les ocurre jugar así con una delantera como la de Argentina?”, dijo Pedro Cervantes.
El segundo tiempo significó una esperanza para los asistentes al bar. Pero su deseo no se logró. Un tercer tanto de Argentina enmudeció a los cientos de espectadores. El gol de México dio un suspiro que se esfumó cuando los jugadores argentinos comenzaron a controlar el balón. Para el final, los aplausos a la selección fueron escasas, no así la ronda de cervezas.
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