lunes, 19 de septiembre de 2011

“Lo dejaron morir como un perro” denuncia sobrina de dominicano asesinado por encubierto.


NUEVA YORK/Elnuevodiario._ “A mi tío, los policías lo dejaron morir como a un perro”, denunció Banays Taveras, sobrina del ex luchador dominicano John Collado asesinado el 6 de septiembre en la avenida Post del Alto Manhattan y frente al edificio donde residía. (MIRE EL VIDEO EN http://youtu.be/D-RAtlBKDlQ). La joven de 27 años de edad, estudiante de término de enfermería, con licencia para ejercer y administradora de una clínica relató los trágicos últimos momentos de su pariente luego de que la víctima recibiera un balazo en el abdomen por parte del agente encubierto antinarcóticos Thomas Connelly del precinto (cuartel) 34. Dijo que acababa de llegar del hospital donde es tratada su abuela de 78 años de edad para reclamar el porqué dejaban la anciana sin supervisión porque sufre de amnesia. “Miré por la ventana y vi a mi tío en el suelo. Me identifiqué y traté de ayudarlo, pero la policía no me dejó”.

Banays relata que para lo único que la policía halló justificación fue maltratarla e impedirle que llegara donde su tío. Agregó que numerosos policías también le impidieron que subiera a la ambulancia junto para que fuera junto a John al hospital.

Narró que cuando les reclamó sus derechos a los agentes, estos la arrestaron, esposándola y la pusieron boca abajo en el piso, acusándola de resistirse a ser detenida y por conducta desordenada.

La joven tiene experiencia en medicina interna, tiene diploma de asistente a médico y lleva más de 5 años trabajando en clínicas de pediatría. “Yo podía y quería ayudarlo, pero no me dejaron”, añade la acongojada sobrina de Collado.

La joven fue encarcelada durante 27 horas en el cuartel 34 y de allí presentada en la corte, donde se enteró que su tío había muerto a causa del disparo que le hizo el oficial. Señaló que durante su detención, la tenían como una cerda amarrada tras los barrotes.

“Nunca había sido arrestada y todos mis derechos fueron violados. Me sentí como una cucaracha a la que estaban pisoteando”, agregó Banays. “No tenía derechos, yo presa no era una persona, sino una cucaracha que estaban tratando de pisar en una esquina pero la cucaracha no murió. Ese fue el trato que me dieron en el precinto”.

“Queremos justicia, hay policías que creen que tienen el poder de poner sus manos encima de otros seres humanos, pero todas las instituciones tienen sus reglas y si quienes trabajan para ellas, no las cumplen los votan”, sostiene la enfermera dominicana.

Indicó que a su tío, estando herido, lo metieron en un carro patrullero sin leerle sus derechos. “Eso no es justicia, no queremos que encubran lo que pasó, pasó una injusticia y ese policía que hizo eso y el otro que me puso sus manos encima, tienen que pagar por eso”, expresó.

“Queremos justicia, que el fiscal arreste al policía que asesinó a mi tío. Que se haga justicia es lo que queremos, desgraciadamente en muchos casos, mucha gente se queda callada”, expuso recordando que su tío se sometió a cirugía después de un accidente para poder compartir, caminar y jugar con su hijo, “pero la policía le quitó la vida lo que es una gran injusticia”. Ella se presentó a una protesta realizada el sábado en la tarde frente al cuartel 34 mostrando una foto de Collado en la que aparece jugando con su hijo “Shorty”.

Lamentó que fue en el momento en que estaba frente a un juez cuando se le informó que su tío murió. “Todavía me siento muy mal, nosotros siempre hemos atendido a nuestros familiares. Mi mamá murió de diabetes cuando yo tenía 12 años y mi abuela tiene 30 años enferma y todavía la atendemos”.

Reiteró que los policías dejaron morir a su tío solo y como un “perro” si permitir que ningún familiar estuviera a su lado. “Eso no es correcto y nunca le debe pasar a nadie, ninguna persona debe estar en esa situación que crearon ellos los policías, porque fueron ellos”.

Banays dijo que “lo hicieron mal y queremos saber porqué, queremos que paguen por lo que hicieron”. Se mostró confiada en que se hará justicia. “Tenemos que confiar en el sistema, porque hay policías y fiscales buenos y que el Departamento de Justicia sepa que lo que queremos es que hagan su trabajo”.

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