Autor: Miguel Cruz Tejada/Elnuevodiario.com NUEVA YORK._ Rafael Núñez, un dominicano que había sido deportado por narcotráfico, reentró ilegalmente a Estados Unidos y disparó a dos policías en una estación del tren de Queens contra dos policías el 23 de octubre del 2008, enfrenta cadena perpetua. Lloró desconsoladamente en la corte y el juez tuvo que ordenar entregarle una caja de pañuelos para que secara sus lágrimas. Núñez, de 34 años de edad y que además será condenado a otros 20 años por violar la ley de inmigración, lloró amargamente en el estado al escuchar la posibilidad de que tenga que pasar el resto de sus días tras las rejas, al comenzar el juicio en la Corte Suprema de Queens, acusado de intento de asesinato contra los oficiales Shane Farina y Maass Jason, cuando estos trataron de detenerlo después que el dominicano entrara a la estación subterránea con un pase para estudiantes que dijo haberse encontrado una semana antes del incidente.
“Estoy quebrado. Perdí la mente, yo ni siquiera sabía que pensar, pensé que me iban a matar”, dijo el deportado en la audiencia. Le aseguró a los jurados que él no sabía que Shane y Maass eran policías y alegó que ninguno de esos oficiales, se identificó como tales, por lo que creyó que eran atracadores.
El expediente sostiene que luego de una escaramuza violenta iniciada por Núñez, contra un oficial de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) y en el momento en que era esposado por los policías que hirió, el dominicano logró quitarle la pistola a uno de ellos con la que les disparó.
Los agentes que participaban en una operación encubierta, estaban vestidos de civil. Una ley del estado de Nueva York para protección de policías, estable que el intento de asesinato contra un oficial, se considera como el asesinato mismo.
Luego de arrebatarle la pistola al oficial Maass, Núñez hizo dos disparos, alcanzado en la espalda a sendos policías. El Fiscal Adjunto Robert Hanphy presentó la acusación del estado contra el dominicano, diciéndole al jurado que la agresión fue resultado de la desesperación del criollo, porque estaba viviendo ilegalmente en Estados Unidos, después de haber sido deportado a la República Dominicana luego de haber cumplido una sentencia por drogas.
“¿Es justo decir que el señor Núñez no sabía que los agentes eran policías o que no quería ser arrestado?”, se preguntó el fiscal asistente. Recordó que la fiscalía entregó al Gran Jurado una grabación con confesiones de Núñez a los investigadores en las que admite saber que los oficiales que hirió, eran policías. "Vi la pistola, la tomé y enloquecí", dijo Núñez a los investigadores, según el acta presentada por la fiscalía de Queens. "Hubiera seguido disparando, pero el otro policía me disparó y fracturó mi pierna. Ellos comenzaron a esposarme y yo simplemente tomé la pistola", agregó.
“Todo lo que quería hacer era estar cerca de mi hija”, decía Núñez entre sollozos en la corte, ante el juez Barry Kron, quien ordenó que le dieran una caja de pañuelos para que se secara las lágrimas. “Mi intención era alejar a esos policías de mí, no matarlos”, agregaba el dominicano.
Núñez, en medio del tiroteo, fue finalmente herido por el teniente Gary Abrahall, quien comandaba la patrulla y cuando intentaba huir por una de las escaleras mecánicas de la estación del tren.
El dominicano le dijo al jurado que estando detenido, se le acercó un detective quien le dijo que había asesinado a dos policías y que iba a ser ejecutado con inyección letal por esos homicidios.
“Estaba asustado, no sabía lo que iba a suceder y estaba sintiendo mucho dolor, porque me dispararon”, sostuvo el acusado. Fue deportado en el 2001 por un juez de inmigración luego de ser arrestado en Nueva York por cargos vinculados con drogas.
El dominicano dijo que encontró el pase del metro en un tren y que luchó con los policías cuando trataban de detenerlo, según los documentos de la corte.
EL ENFRENTAMIENTO
Núñez y los dos policías de tránsito, resultaron heridos después que el criollo le quitara el arma a uno de los oficiales y disparara contra ellos, hiriendo a uno de gravedad.
El dominicano recibió tres impactos de bala a manos del teniente Gary Abrahall quien respondió en auxilio de sus compañeros y patrullaba la misma estación de tren.
El ataque del criollo contra los agentes se produjo alrededor de las 5:00 de la tarde en la estación del tren F de la calle 21 y la avenida 41 en el sector de Queensbridge. Los policías heridos son Jason Maass y Shane Farina de 30 y 40 años de edad respectivamente. El Comisionado de la Policía, Raymond Kelly, convocó una conferencia de prensa en su oficina del cuartel general en el Bajo Manhattan el día del enfrentamiento, en la que ofreció detalles de la balacera que por varias horas aterrorizó todo el vecindario.
Dijo que Núñez había sido deportado desde Nueva York a la República Dominicana en el año 2001 después que cumpliera una sentencia de cárcel por narcotráfico, pero logró regresar ilegalmente a la urbe donde continuó con sus actividades delictivas.
Explicó que los agentes detuvieron al dominicano como sospechoso de evasión del pago del pasaje de Queens hacia Manhattan para lo que usó una tarjeta digital de estudiante sin serlo. Cuando lo estaban esposando éste logró tumbar al suelo a los policías, quitándole el arma a uno de ellos y disparándoles a mansalva mientras se encontraban en el piso.
Luego corrió hacia una de las escaleras mecánicas de la estación de trenes disparando para abrirse paso y mantener a “raya” a otros oficiales que lo perseguían y fue entonces cuando el teniente que lo hirió apareció en la escena enfrentándolo.
El oficial Maass fue herido de un balazo en la espalda, mientras su compañero Farina fue alcanzado en el esternón y estuvo varios días en estado crítico pero estable tras haber sido operado en el hospital Elmhurts de Queens la misma anoche del ataque. Maass fue dado de alta esa noche.
“Nuestros policías estaban trabajando en la búsqueda de vendedores de drogas en esa área cuando se toparon con Núñez”, sostuvo el comisionado Kelly.
Todos los radios de los policías de la ciudad escucharon los gritos desesperados del agente Maass cuando pedía ayuda y auxilio y repetía: “¡Tengo un oficial herido, tengo un oficial herido!” La respuesta no se hizo esperar y varias unidades cercaron en cuestión de minutos el sector cerrando unas 10 cuadras a la redonda.
El comisionado dijo que el dominicano fue detenido cuando trató de entrar a la estación, usando una tarjeta Metrocard de algún estudiante. Cuando eso ocurre se enciende una luz azul y el encargado de la caseta de control, si sospecha del pasajero, lo llama y le pide identificación de la escuela, colegio o universidad donde cursa estudios.
Pero el teniente notó que Núñez no aparentaba ser un estudiante, sino que intentaba evadir el pago de los $2.50 dólares que cuesta cada viaje de una vía en los trenes de la ciudad.
El teniente envió por radio una descripción del sospechoso a los agentes posteriormente heridos quienes abordaron al dominicano en la plataforma donde deben esperar los viajeros desde Queens a Manhattan.
El teniente Abrahall alcanzó a Núñez con disparos en las piernas y el torso y fue ingresado en el hospital Bellevue. “Núñez hizo seis disparos y el teniente cuatro”, relató el comisionado Kelly.
Al día siguiente del tiroteo, el fiscal de Queens Richard Brown, dijo que Núñez sería enjuiciado por intento de asesinato contra tres oficiales de la policía y evasión del pago de una tarifa municipal entre otros cargos y se comprometió a llevar vigorosamente el caso a la corte.



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