Hoy se cumplen 28 años de la muerte de Silvestre Antonio Guzmán Fernández, quien falleció en el tramo final de su gobierno, poco antes de culminar su período que inició el 16 de agosto de 1978, y que marcó la transición hacia el fortalecimiento de la democracia.
Guzmán sucedió en la presidencia de la República al hoy extinto Joaquín Balaguer, del Partido Reformista Social Cristiano, y antecedió al perredeísta Salvador Jorge Blanco. Muerto Guzmán, había que completar 41 días constitucionales de ejercicio del poder y la primera magistratura del Estado fue ocupada por el hoy también fenecido Jacobo Majluta Azar.
Guzmán nació en la ciudad de La Vega el 12 de febrero de 1911. Fue agrónomo, empresario y uno de los más destacados líderes del Partido Revolucionario Dominicano. Ocupó la Secretaría de Agricultura en la gestión sietemesina del profesor Juan Bosch, en el 1963.
Realizó sus estudios primarios, secundarios y superiores en su ciudad natal. También, se inició en la música como aficionado al flautín. Más tarde llevó a cabo sus estudios autodidácticos y prácticas de Agronomía en los estados de Florida y California, en Estados Unidos.
A los 17 años ocupó la gerencia de la Curacao Trading Company en la ciudad de Salcedo, cargo que desempeñó en las sucursales de Moca, La Vega, Barahona, San Francisco de Macorís y Santiago, en épocas posteriores.
Estuvo casado desde 1939 con doña Renée Klang y fue padre de tres hijos.
Ya a los 31 años se había convertido en un próspero empresario comercial dedicado a la exportación de frutos nacionales, siendo además uno de los pioneros en la producción de arroz a gran escala en la región noroeste del país.
En 1964, luego del derrocamiento del gobierno de Juan Bosch del 25 de septiembre de 1963, pasó a formar parte de los dos organismos principales del PRD: el Comité Ejecutivo Nacional y la Comisión Política.
Presidencia
En 1977, el PRD lo escogió como candidato a la Presidencia, resultando victorioso en las elecciones de mayo de 1978.
Inició un proceso de “despolitización” de las Fuerzas Armadas, ordenó la libertad de los presos políticos a través de una Ley de Amnistía que abogaba también por el retorno al país de miles de exiliados dominicanos. Se consideró su gestión como de la consolidación de la democracia y las libertades públicas.
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