Santo Domingo/CORRESPONSAL EDLP/Panky Corcino — Dos jóvenes que eran perseguidos por matar a un agente del Ejército Nacional y otro de la Policía, y que forman parte de una supuesta banda de cuatreros Domínico-Haitiana que opera en la frontera norte, se entregaron a las autoridades luego de mantener encañonados y en condición de rehenes a un pastor evangélico y a su hijo de tan sólo 7 años de edad.
Amaurys Germán Polanco Almonte (Mano Muerta), de 25 años de edad, y Jairo Bienvenido Martínez Medica (Cacú), de 20, retuvieron por varias horas mientras negociaban su entrega al pastor evangélico Danilo Antonio Sosa, y a uno de sus hijos de 7 años. Ambos eran perseguidos desde el viernes por matar al sargento mayor del Ejército, Cornelio Ureña Guzmán, de 32 años, y el segundo teniente retirado de la Policía, José Justo Pérez Cruz, de 68 años.
Ureña Guzmán fue asesinado mientras se encontraba en un puesto de vigilancia del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), ubicado cerca del río Masacre, en Dajabón, en la frontera norte. En el lugar los imputados amordazaron y golpearon a los esposos Juan Carlos Cordero y Yajaira Jiménez, a quienes le robaron una motocicleta que luego abandonaron.
El sábado, y mientras se encontraban huyendo, los jóvenes mataron de un disparo en el pecho al segundo teniente Pérez Cruz en la comunidad La Bomba, de Loma de Cabrera, también en la frontera norte.
En medio de la gran movilización de tropas policiales y militares los jóvenes se presentaron a la vivienda del pastor Sosa, localizada en Palo Colorao, en Loma de Cabrera. Allí, con un fusil que habían robado al militar que mataron, amenazaron al niño de 7 años para que obligar a su padre a entregarlo a la Policía en condiciones que sus vidas fueran garantizadas.
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