miércoles, 22 de junio de 2011

EEUU retirará 10 mil soldados de Afganistán este año.


WASHINGTON (AP) — El presidente Barack Obama anunció el miércoles que 10.000 soldados estadounidenses apostados en Afganistán regresarán a casa antes de fin de año una vez que la misión de Estados Unidos cambie de combate a apoyo luego de casi 10 años de una costosa guerra.

Un total de 33.000 efectivos se retirarán de Afganistán para mediados del próximo año, dijo Obama, al anunciar lo que llamó "el inicio, pero no el fin, de nuestro esfuerzo para terminar con esta guerra".

Obama habló desde la sala este de la Casa Blanca para enmarcar un gran paso en una guerra que heredó y expandió al inicio de su periodo de gobierno cuando ordenó un aumento en el número de tropas destacadas.

Luego de la salida de los 33.000 soldados, aún quedarán unos 70.000 hasta que la transición se complete en el 2014. El primer gran contingente por salir equivale al refuerzo enviado por Obama para apoyar una campaña debilitada.

"La ola de la guerra está alejándose", dijo Obama a un país ansioso del retiro militar de Afganistán antes de que siga creciendo el número de las bajas estadounidenses.

Los 10.000 efectivos saldrán de la zona de conflicto para finales de año, en cumplimiento de la promesa hecha por Obama de un retiro a partir del mes próximo, y más de 20.000 serán retirados para mediados del 2012, poco antes de que el presidente acuda a los electores en busca de un segundo mandato.

Obama dijo que las fuerzas restantes saldrán a un ritmo constante hasta que la misión de combate concluya a finales del 2014, pero incluso entonces, advirtió, podría permanecer un contingente considerable con un cometido diferente.

Al menos 1.500 miembros de las fuerzas estadounidenses han muerto y 12.000 han sido heridos desde que la guerra comenzó a finales del 2001. El costo económico de la guerra ha sobrepasado los 440.000 millones de dólares y sigue aumentando a un ritmo elevado de 120.000 millones por año.

El presidente hizo el anuncio en la Casa Blanca en un entorno político riesgoso, pues los estadounidenses están inconformes con la guerra y la economía, muchos miembros del Congreso lo han exhortado a un retiro de efectivos incluso más rápido y sus adversarios presidenciales republicanos atacan su liderazgo en cada oportunidad.

Al admitir las presiones económicas para financiar la guerra en tiempos de mayor deuda y austeridad fiscal, Obama dijo que era el momento para que Estados Unidos "se concentre en la construcción nacional aquí, en el país".

El retiro es apoyado en audaces conclusiones de su gabinete de seguridad: Afganistán, campo de entrenamiento para los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, ya no es un punto de partida para la exportación del terrorismo y no lo ha sido durante varios años. Incluso la Casa Blanca insiste en que Estados Unidos debe conservar un contingente fuerte de combate en Afganistán por ahora para evitar que el país vuelva a ser un santuario para los terroristas de la red de al-Qaida.

Sin embargo, Obama enfatizó que Estados Unidos estaba preparado para apartarse de una década caracterizada por las guerras en Afganistán e Irak, a un costo de miles de vidas perdidas y más de un billón de dólares gastados.

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