jueves, 13 de enero de 2011

Cientos de muertos por derrumbes en Brasil; sigue búsqueda ,.


AP
Teresopolis, Brasil

Las lluvias torrenciales provocaron derrumbes de toneladas de lodo rojizo sobre los pueblos enclavados en las montañas brasileñas, causando la muerte a por lo menos 287 personas y dejando otras docenas de desaparecidos que cuadrillas de rescate deseaban salvar al reanudar la búsqueda el jueves.

El pueblo más afectado fue Teresopolis, 65 kilómetros (40 millas) al norte de Río, donde la agencia de defensa civil informó que por lo menos 146 personas murieron, centenares de familias se congregaron en la morgue a la espera de identificar los cadáveres recogidos. Muchos otros restos fueron expuestos en las calles frente a la estación policial, cubiertos con frazadas. Las lluvias continuaban durante la noche, aunque no se informó de nuevos derrumbes.

Los rescatistas se valían de maquinaria pesada, palas y hasta solo con las manos para hallar sobrevivientes. A cuántos salvaron no sabe, pero por lo menos unos 50 seguían desaparecidos.

Entretanto un vecindario que ha sido afectado por los derrumbes en Teresopolis aún no había sido accedido por las autoridades. En un pueblo vecino los bomberos rescataron a un hombre de 25 años que sostenía a su hijo de seis meses durante 15 horas hasta que ambos fueron recogidos vivos. Se teme que la esposa del hombre y su suegra hayan perecido.

La presidenta Dilma Rousseff promulgó el miércoles una medida para canalizar 461 millones de dólares a los pueblos de Río y Sao Paulo que sufrieron daños en las recientes lluvias. El dinero servirá para reparar infraestructura y prevenir futuros desastres.

Se prevé que la presidenta sobrevuele el jueves las partes más afectadas de Río.

Las lluvias torrenciales y los deslaves matan a cientos de personas en Brasil cada año, especialmente durante el verano sudamericano. Los más afectados son los habitantes de pueblos construidos precariamente en laderas empinadas con escasos cimientos.

En Teresópolis, la lluvia desbordó los arroyos y causó inundaciones en las laderas ya saturadas con agua. Las cabañas construidas de concreto y madera, pero sin cimientos, en las escarpadas y deforestadas colinas, fueron arrastradas por los enormes aludes.

El agua seguía descendiendo el miércoles por las montañas incluso después que cesó la lluvia. Con el agua hasta la cintura, los sobrevivientes cargaban lo que podían de sus pertenencias y trataban de llegar a los sitios más elevados. Muchos trataban desesperadamente de encontrar a sus familiares, aunque no había servicio telefónico en la región.

"Hay muchos desaparecidos, y muchos que probablemente nunca serán hallados", dijo Angela marina de Carvalho Silva, quien teme haber perdido a 15 familiares en la inundación.

En el poblado vecino de Nova Friburgo, murieron al menos 107 personas, según un comunicado del departamento de Defensa Civil del estado de Río. Entre los muertos se cuentan cuatro bomberos que trabajaban en labores de rescate. Un camión de los bomberos fue alcanzado por un deslizamiento y tres bomberos continuaban desaparecidos el miércoles.

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