Santo Domingo/Javier Valdivia /Listindiario.- Investigadores de la Universidad de Indiana, EEUU, han descubierto restos casi intactos de un pequeño mono en una cueva sumergida en el Este de República Dominicana, el quinto y más importante hallazgo de su género realizado en el Caribe desde 1911 a la fecha y que, según los expertos, obligaría a replantear los estudios sobre paleontología hechos hasta ahora en toda la región.
La investigación se realizó en la Cueva de Chicho, ubicada en el manantial de Padre Nuestro, Bayahíbe, e incluyó el descubrimiento de restos, también en buen estado, de siete perezosos, una especie cuya extinción se produjo hace poco más de 6,000 años, y de vestigios importantes de la cultura taína.
La importancia del hallazgo radica en que la ciencia nunca ha podido demostrar la existencia endémica de primates en el Caribe ni la cohabitación de estos con seres humanos.
El estudio de la Universidad de Indiana se realizó con la cooperación de la Secretaría de Cultura a través de la Oficina de Patrimonio Subacuático y el Museo del Hombre Dominicano, la Secretaría de Turismo y la Secretaría de Medio Ambiente.
“Sabía que la caverna Padre Nuestro era muy importante, por los restos recientemente hallados de los perezosos, ¡pero primates también!”, dijo Jessica Keller, la investigadora de la Universidad de Indiana a quien se debe el importante hallazgo.
“Este descubrimiento podría reescribir la paleontología del Caribe”, agregó.
Charles D. Beeker, director de la Oficina de Estudios Subacuáticos de la Universidad de Indiana, dirige al equipo que realiza la investigación, que es el mismo que descubrió los restos de la nave del capitán Kidd, hace un par de años.
“Esta cueva puede guardar muchas respuestas que tienen que ver con el proceso de población continental y con la aparición y extinción de animales que ya no existen”, dijo el investigador a LISTÍN DIARIO.
“El sitio tiene información valiosa sobre el Caribe y nos da la oportunidad de aprender más sobre los primates, y sobre si la desaparición de los perezosos no fue tan temprana como se pensaba y si está vinculada al hombre”, agregó.
Beeker explicó que la cueva donde se hallaron los restos del pequeño primate, los de los perezosos y los de la cultura taína era seca hace unos 50,000 años (en el período conocido como Pleistoceno) y que empezó a sumergirse bajo aguas saladas hace unos 6,000 años. Al parecer, dijo, el mono descubierto allí y los perezosos acudían al lugar hasta un momento en que quedaron atrapados.
Acuíferos subacuáticos
El manantial de Padre Nuestro es un conjunto de cavernas y acuíferos subterráneos que incluyen al manantial de Chicho, La Lechuza, El Toro, La Jeringa y Padre Nuestro, ubicado a 3.4 kilómetros al este de Bayahíbe, La Romana. La prueba de que alguna vez estuvo seco son las estalactitas y estalagmitas que se encuentran en el lugar.
La próxima fase de la investigación consistirá en determinar la fecha de los restos recién descubiertos, pero ya se están dando los primeros indicios de la importancia del hallazgo.
Renato Rímoli, el experto que descubrió uno de los cuatro restos de primates que se han hallado en el Caribe, dijo a LISTÍN DIARIO que el estudio que se realiza en la Cueva de Chicho permitirá obtener mayor información de la especie y sobre si tuvieron relación con los indios taínos.
“Es un hallazgo importantísimo”, afirmó el actual encargado de Paleontología del MHD.
En noviembre de 1975, Rímoli, Marcio Veloz Maggiolo, Elpidio Ortega, Fernando Luna y Joaquín Nadal, descubrieron un fragmento de maxilar superior de un pequeño mono en Cueva de Berna, a un kilómetro al sur de Boca del Yuma. Luego de estudios realizados en el Smithsonian Institute de EEUU se determinó que correspondía al año 1890 AC (3,899 años con relación al presente), aunque la antigüedad podría ser mayor ya que la prueba con carbono 14 se hizo sobre el estrato arqueológico y no sobre los restos en sí.
“En el Caribe no hubo una gran población de primates”, dijo Rímoli, quien considera que hubo contacto entre esta especie y los primeros pobladores.
Los restos encontrados por el experto en 1975 eran afines al Saimiri continental (mono ardilla), aunque tres veces más grande, por lo que tiempo después fue catalogada como una nueva especie que se denominó Antillothrix bernensis.
Únicos descubrimientos
Los otros tres únicos descubrimientos de restos de primates se produjeron en Cuba, en 1911; en Jamaica, en 1920, y en República Dominicana, en 1928. En este último caso, sin embargo, como escribió Rímoli en la revista Atajo hace dos años, el autor del hallazgo no pudo identificar el fragmento con la parte correspondiente de ningún primate americano.
Richard F. Kay, profesor de la Universidad de Duke, Durham, EEUU, y considerado la máxima autoridad mundial en el estudio y conocimiento de este tipo de primates, dijo que en su opinión los restos de la Cueva de Chicho no son los de un Saimiri y que quizá se trata de algo diferente y nuevo para la ciencia.
“Los músculos de masticación son mucho más fuertes que los de lo micos ardillas (Saimiri), así como la morfología del cielo del paladar”, señaló Key luego de observar fotografías del primate que le envió Juan Rodríguez Acosta, director del Museo del Hombre Dominicano.
El cráneo y parte de los restos del primate, de los perezosos y de la cultura taína fueron encontrados en la cueva que tiene hasta 35 pies de profundidad, según Francisco Soto, director técnico de la Oficina de Patrimonio Subacuático. Los restos taínos se hallaron en la boca de la misma.
“Se trata de un hallazgo irrefutable: restos de animales que están donde no deberían estar. Esto podría tener una repercusión internacional de suma importancia”, dijo a LISTÍN DIARIO Wilfredo Féliz, director de Patrimonio Subacuático que supervisa la investigación.
COHABITACIÓN CON HABITANTES DE LA ISLA
Juan Rodríguez, director del Museo del Hombre Dominicano, explicó a LISTÍN DIARIO que la presencia de primates en el arte taíno era considerada como parte de la memoria colectiva que había permanecido en los grupos agrícolas que procedían de Sudamérica.
Agregó que con el descubrimiento de este especimen y su futuro fechado se podrá establecer si cohabitaron con los pobladores de la isla.
“Este es el descubrimiento más importante en arqueología y paleontología en los últimos 100 años y definitivamente puede reescribir todo lo que sabemos sobre la extinción de edentados y primates en el Caribe”, dijo Rodríguez.
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