Nueva York/EFE — La incertidumbre sobre el estado de Rafael Nadal, que afronta un nuevo periplo por el único Grand Slam que le falta en su palmarés y el nuevo reto del número uno del mundo y vigente campeón, el suizo Roger Federer, ante la conquista de su sexto éxito consecutivo en Nueva York, alumbran la puesta en escena del cuarto y último ‘major’ del año, que inicia mañana lunes en las instalaciones de Flushing Meadows.
Las expectativas de Juan Martín del Potro, pendiente de la conquista de un título de enjundia que propicie un salto de calidad a su historial, también resaltan en la víspera del inicio del Abierto de Estados Unidos.
El tenista argentino, sexta raqueta del mundo, es uno de los jugadores a tener en cuenta dada su solvente progresión en los últimos tiempos.
Instalado en la nobleza del circuito, las características de la superficie alientan el panorama del sudamericano, que este año ha ganado en Washington y Auckland, también en pista dura. Como en Montreal, donde alcanzó la final del Masters 1000, que cedió ante el británico Andy Murray.
Flushing Meadows en un escenario propicio para que la raqueta más reputada del tenis argentino, por encima ya del lesionado David Nalbandián, obtenga un éxito sonoro.
Comenzará ante su compatriota Juan Mónaco en un lado del cuadro que avista a otros favoritos como el español Rafael Nadal o el escocés Murray aunque por el lado opuesto del suizo Roger Federer.
El estado de Rafael Nadal, que afronta un nuevo periplo por el único Grand Slam que falta en su palmarés, es una incógnita ante el inicio del torneo neoyorquino.
Las expectativas de Juan Martín del Potro, pendiente de la conquista de un título de enjundia que propicie un salto de calidad a su historial, también resaltan en la víspera del inicio del Abierto de Estados Unidos.
El tenista argentino, sexta raqueta del mundo, es uno de los jugadores a tener en cuenta dada su solvente progresión en los últimos tiempos.
Instalado en la nobleza del circuito, las características de la superficie alientan el panorama del sudamericano, que este año ha ganado en Washington y Auckland, también en pista dura. Como en Montreal, donde alcanzó la final del Masters 1000, que cedió ante el británico Andy Murray.
Flushing Meadows en un escenario propicio para que la raqueta más reputada del tenis argentino, por encima ya del lesionado David Nalbandián, obtenga un éxito sonoro.
Comenzará ante su compatriota Juan Mónaco en un lado del cuadro que avista a otros favoritos como el español Rafael Nadal o el escocés Murray aunque por el lado opuesto del suizo Roger Federer.
El estado de Rafael Nadal, que afronta un nuevo periplo por el único Grand Slam que falta en su palmarés, es una incógnita ante el inicio del torneo neoyorquino.
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