Gardenia Mendoza Aguilar/La Opinión MÉXICO, D.F. — La ciudad más sangrienta del país por los más de 2,000 asesinatos relacionados al narcotráfico en lo que va del año enfrenta a la par el acoso de alrededor de 200 bandas de secuestradores independientes, sin relación con los cárteles de la droga.
En la fronteriza Ciudad Juárez, los detalles han sido divulgados por la Procuraduría de Justicia del estado de Chihuhua que a la par aseguró ayer a dos individuos que mataban a sus víctimas a hachazos cuando los familiares no pagaban los montos de rescate exigidos.
Con ellos suman alrededor de 48 grupos de plagiarios desarticuladas durante 2010, además de las 200 bandas que siguen operando a pesar de que el congreso del estado aprobó el pasado 21 noviembre la pena de cadena perpetua para este delito.
"De nada sirve que se aumenten las penas para los delitos graves si las autoridades sólo investigan y arrestan a unos cuantos delincuentes", criticó Gustavo de la Rosa, ex visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y especialista en seguridad local.
El fiscal chihuahuense, Carlos Manuel Salas, comentó que el principal impedimento para la captura de estas bandas es el temor de las víctimas que se niegan a denuncian por desconfianza en los cuerpos policíacos y la falta de justicia.
"Consideramos que sí estamos revirtiendo el nivel de impunidad, poco pero ahí va; sin embargo, es difícil predecir cuándo concluirá la violencia", comentó el lunes en rueda de prensa.
El estado de Chihuahua fue la segunda entidad en México, después de Nuevo León, en implementar los juicios orales con el fin de evitar corrupción en el proceso, pero el problema ahora es que las víctimas no quieren enfrentarse cara a cara con sus agresores.
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