Josep Parera/la opinion LOS ÁNGELES — Christina Aguilera lleva un par de semanas intensas. Ha sido entrevistada por decenas de periodistas, ha intervenido en todos los programas de televisión posibles, ha sido portada de numerosas revistas y desvela datos personales que, quizá nunca deberían haberse dado a conocer (como cuando recientemente le aseguró a la comediante Chelsea Handler en su show en E! que, en ocasiones, durante sus conciertos, lleva a cabo sus necesidades físicas en un cubo detrás del escenario…).
La razón de tal ajetreo profesional es su debut como actriz de largometrajes, que lleva el nombre de "Burlesque".
La cinta podría ser el antídoto adecuado para el año que la cantante de "What a Girl Wants" ha tenido: primero lanzó su sexto álbum de estudio, "Bionic", que fracasó estrepitosamente; y hace poco más de un mes anunció su divorcio del ejecutivo de música Jordan Bratman, con quien hace casi dos años tuvo su único hijo, Max Liron Bratman.
Claro que ahora queda por ver cuál será la recepción crítica (no muy positiva, hasta la fecha, según la página de internet Rottentomatoes.com), que mide los comentarios de los críticos del país) y, especialmente, la comercial.
¿Será "Burlesque" el equivalente de "Silkwood" para Cher, filme por el que ésta fue nominada al Oscar? ¿O se comparará más con Mariah Carey y su "Glitter", ridiculizada a diestra y siniestra?
A Christina Aguilera, que en diciembre cumplirá 30 años, los malos augurios no le afectan para nada. "No leo críticas, y sí, hay mucho peso sobre mis hombros, porque la gente está lista para juzgar el filme. Pero nunca presto atención a los [comentarios] negativos. Siempre estoy motivada para mejorar", asegura vía telefónica.
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