lunes, 12 de mayo de 2014

Más de 3,3 millones de personas murieron en 2012 por consumo de alcohol .

EFE
Ginebra
Más de 3,3 millones de personas murieron en el mundo en 2012 a causa del consumo excesivo de alcohol, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el alcohol y su relación con la salud divulgado hoy.
El consumo excesivo de alcohol no sólo lleva a una nociva dependencia y al aumento de la violencia, sino que está relacionado con el riesgo de desarrollar más de 200 enfermedades, incluidas la cirrosis de riñón y algunos tipos de cáncer, se revela en el documento.
Además, se destaca que las personas que abusan del alcohol son más susceptibles de desarrollar enfermedades infecciosas como la tuberculosis y la neumonía.
Globalmente, Europa es la región del mundo donde hay un mayor consumo de alcohol per cápita, especialmente en Europa del Este, donde los índices son especialmente altos.
En cualquier caso, el consumo de alcohol en Europa es estable, como también sucede en América y en África, mientras que se ha incrementado en el Sudeste Asiático y en la región del Pacífico Occidental.
Si se relaciona directamente el consumo de alcohol con la población mundial, de media, cada persona mayor de 15 años bebe 6,2 litros de alcohol puro por año.
Pero como en realidad sólo consume alcohol menos de la mitad de la población mundial (el 38,3 por ciento), la estadística muestra que cada consumidor bebe de media anualmente 17 litros de alcohol puro.
Otro de los aspectos destacados por el informe es que son más los hombres que las mujeres que mueren por causas relacionadas con el consumo de alcohol -el 7,6 por ciento de los hombres frente al 4 por ciento de mujeres- aunque las féminas son más vulnerables a enfermar por esa causa.
De hecho, los autores del estudio lamentan el lento pero estable incremento del consumo de alcohol por parte de las mujeres.
Otra de las preocupaciones destacadas en el informe es el hecho de que los grupos con menos recursos son los más afectados por el consumo de alcohol, dado que a menudo no tienen acceso a tratamiento médico y están menos protegidos por una red social y familiar que les apoye.
En el informe se incluyen recomendaciones sobre cómo reducir el consumo de alcohol en los países miembros, dado que sólo 66 naciones tienen leyes que lo regulan.

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