La Dirección de Prisiones informó anoche que develó un plan para matar a cuatro colombianos, un mexicano y un dominicano en la cárcel de Higüey, vinculados en asuntos de narcotráfico.
El plan consistía en provocar un amotinamiento en la cárcel para eliminar a los reclusos acusados de narcotráfico internacional.
Pretendían asesinar al dominicano Esteban Cedeño, el mexicano Daniel Collorado y los colombianos Carlos Gaviria, Alexander Vásquez, Oscar Rojas y Pedro Alonzo Gallo.
Las autorices dispusieron el traslado de varios reclusos al pabellón de seguridad de la cárcel de Najayo. Las acciones para impedir la ejecución del plan fueron realizadas por miembros de la seguridad del penal, después que organismos de inteligencia del Estado detectaran el plan.
Los reos guardan prisión preventiva, involucrados en el cargamento de drogas que fue abandonado en la avioneta matrícula venezolana No.YV1133, en el batey Los Jobos, sección Bayguate.
En el transcurso del proceso que culminó con el desmantelamiento del motín, se confirmó que el primero de esos reclusos gozaba de privilegios, tales como celulares, visitas de prostitutas y amigos de reputación dudosa supuestamente involucrados en el narcotráfico, que según denuncias suministradas por otros organismos del Estado, recibía dichos beneficios por el pago de medio millón de pesos mensuales, que incluían protección para no ser trasladado de módulo o de cárcel
La cárcel de Higüey, con 304 metros en celdas, alberga a más de seiscientas personas acusadas de diversos delitos, en su gran mayoría preventivos que esperan decisión sobre sus procesos.
Durante una requisa realizada ayer fueron ocupados 10 celulares, un cuchillo, seis chips y otros objetos en su área de reclusión, por lo que la Dirección de Prisiones suspendió en el ejercicio de sus funciones al alcaide titular y a la secretaria de ese centro, Jacobo De la Rosa y María Josefina Mota.
Prisiones solicitó a las autoridades policiales responsables de la seguridad sustituir al encargado de seguridad e iniciar una investigación conjunta sobre la responsabilidad de éste en relación al pago de los privilegios y a su práctica habitual de jugar dómino con uno de los reclusos que iban a matar.
Se informó que los reclusos habían estado aglomerados cerca de la puerta del patio, demandando el traslado del alcaide interino, el licenciado Margarito Mejía.
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