Senos operados vs. senos naturales

Esta es la gran disputa que se da entre las chicas que fueron agraciadas por la naturaleza con una importante delantera y las mujeres que tuvieron que recurrir a las manos de un cirujano plástico que les adjudique un buen par de lolas.

Como todo en la vida, están quienes se inclinan ante lo natural por sobre todo, desprestigiando la belleza artificial; otros opinan todo lo contrario valorando la firmeza de las tetas siliconadas y están los que permanecen neutrales aceptando tanto unas como otras… Sobre gustos no hay nada escrito.

Lo cierto es que con los avances que han sucedido en la medicina estética ya los implantes mamarios no son como antes, ahora están realizados de tal manera que llegan a tomarse por naturales sin que nadie se percate de la diferencia.

La consistencia, el aspecto, la forma como la manera en que se mueven y lucen muchos pechos operados, son características casi idénticas a las que poseen los naturales. Por otro lado los riesgos de la operación son mínimos y la satisfacción está garantizada tanto para quien los luce como para quien los toca.

Pero también está el tema de la cantidad que una mujer se coloque, por supuesto esto supedita el resultado “natural” o sumamente artificial con la seguida impresión estética que genera en los ojos de los demás.

Resumiendo… Si una chica no tiene buenos pechos y desea modelar su silueta femenina adquiriendo artificialmente el más significativo rasgo de una mujer ¡bien por ella! pero no sucede lo mismo cuando ya el implante es de un tamaño anormal ya que da un aspecto tosco y a veces repulsivo.

Dentro de estos parámetros, no hay pechos mejores o peores ya que esto depende de la óptica con la que se los mire. Por mi parte –usuaria confesa de siliconas- opino que todo en la vida es bueno y aceptable siempre y cuando sea en la justa medida, y satisfaga los deseos de cada mujer que quiera verse bella.