Una vez que se ha diagnosticado el hipertiroidismo, la persona enferma deberá de comenzar con el tratamiento médico. Este se basa en la ingesta de medicamentos antitiroideos, los que aplacarán la sintomatología.
Cuando el desbalance de la tiroides se debe a la enfermedad de Graves-Basedow, el tratamiento cambia. Se administra de forma prolongada fármacos antitiroideos solos o combinados con tiroxina.
Pero en otros casos se hace necesaria la intervención quirúrgica, por ejemplo cuando el bocio es muy grande y hay alteraciones oculares. En este procedimiento se quita una parte del tiroides para reducir su tamaño y que consecuentemente genere menos hormonas.
Cuando no se puede recurrir a cirugía suele recetarse una dosis de yodo radioactivo vía oral, pero no es lo más aconsejado ya que suele generar hipotiroidismo y aumentar las lesiones oculares propias de la enfermedad de Graves-Basedow.
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