Antes de la luz verde del Tribunal de Quiebras, el juez Robert Gerber ya había autorizado de forma provisional a GM a hacer uso de la mitad de este dinero. Con el visto bueno recibido hoy, la empresa de Detroit da un paso más al frente para reestructurar su negocio y poder salir del concurso de acreedores.
Según apunta la prensa estadounidense, Gerber autorizó al otrora número uno en el ranking mundial de fabricantes de coches a utilizar parte de las ayudas gubernamentales después de que GM realizara una serie de cambios en su plan de reestructuración. A través de su abogado, la compañía comunicó al juez que ya había realizado las modificaciones necesarias después de que los acreedores del grupo mostrará su preocupación por la viabilidad del proyecto presentado inicialmente para salvar a la empresa.
GM protagonizó el pasado 1 de junio la mayor suspensión de pagos en la historia industrial de Estados Unidos. La virulencia de la crisis y el desplome de las ventas dejaron al grupo de Detroit, cuya plantilla asciende a 230.000 personas, en una situación muy precaria. Después de meses de negociaciones con el Gobierno, la Administración Obama dio luz verde a las ayudas por valor de 33.300 millones de dólares para salvar de la extinción de un coloso que durante años ha sido insignia del estilo de vida norteamericano.
Además de los 33.300 millones de dólares que el Gobierno aprobó prestar a GM este año -2.200 millones proceden de las autoridades canadienses-, a finales de 2008 la automovilística recibió otros 19.400 millones para mantener sus operaciones.
Acelerar la venta de activos
Por otro lado, el presidente y consejero delegado de GM, Fritz Henderson, ha solicitado hoy al Tribunal de Quiebras que acelere la venta de los activos de la Nueva GM. Esta petición se debe a las dificultades que están atravesando los proveedores y concesionarios del grupo. Por esta razón, Henderson ha presentado ante el tribunal una declaración jurada complementaria "para actualizar al Tribunal y otras partes interesadas con hechos que han ocurrido desde el comienzo" de la bancarrota que subrayan "la necesidad de una rápida aprobación" de la venta.
"La necesidad de velocidad se ha intensificado ya que la aparición de la Nueva GM es una parte significante del esfuerzo para persuadir y animar a los consumidores a que compren productos de GM", ha afirmado Henderson en su declaración. "Además es esencial para aliviar el estrés de las redes de proveedores y concesionarios de GM, negocios que dependen de GM, en algunos casos de forma exclusiva, para su viabilidad financiera"
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