SANTO DOMINGO, (PL)- Panaderos, limpiabotas, aprendices de los más disímiles oficios, sirvientes domésticos y, lo más triste, objetos sexuales, más de 430 mil menores dominicanos se ven obligados a librar el sustento cada día.Entre ellos, las más explotadas son las hembras, contra las cuales se replican los abusos de que son objeto sus madres, confirma un reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), avalado por la Secretaría de Trabajo dominicana.La institución anunció el inicio de una campaña nacional para reducir el número de infantes obligados a someterse a abusos de diversa índole.El coordinador de la OIT en Dominicana, Elías Dinsen, dijo en una conferencia sobre el tema que los protagonistas de la actualidad son los niños y "estamos lanzando una campaña para reducir las peores formas del trabajo infantil".La jornada se llama Demos una oportunidad a las niñas, erradiquemos el trabajo infantil, y se iniciará el próximo viernes 12, Día Mundial de la Lucha contra el Trabajo Infantil.En esta capital y las cabeceras de provincias es usual ver enjambres de menores en las más disímiles formas de búsqueda de algunos centavos, muchos de ellos sin amparo filial, hijos de familias disfuncionales o expulsados de sus viviendas por progenitores alcoholizados o drogadictos.Esas circunstancias los hacen más vulnerables ante los depredadores que los reclutan para protagonizar filmaciones pornográficas o introducirlos en la prostitución.La mendicidad es otro nicho en el cual los niños y niñas son empleados por mafias que controlan zonas de estancias, las cuales tienen establecido un sistema de trabajo como cualquier empresa.En zonas de interior es común ver a niños de ambos sexos ocupados en las rudas tareas agropecuarias, en la inmensa mayoría de los casos sujetos a explotación.
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