lunes, 1 de junio de 2009

Caso St. Guillen en la recta final


Nueva York/AP — Las dos mujeres dijeron que su pesadilla comenzó cuando un hombre de baja estatura vestido con ropa de trabajo les paró en una calle de la ciudad de Nueva York en el 2005 y les pidió sus documentos de identificación.
Ambas se convirtieron en víctimas de un secuestro similar, pero la estudiante de estudios superiores Imette St. Guillen no tuvo tanta suerte.
Tres años más tarde, las autoridades argumentan que el guarda de seguridad de un club, Darryl Littlejohn, es la misma persona que mató a St. Guillen y que secuestró a las dos mujeres. El juicio en una corte de Brooklyn ha incluido escalofriantes testimonios de las supervivientes.
Littlejohn —un ex convicto en libertad condicional que trabajaba en el club de Manhattan donde St. Guillen fue vista viva por última vez el 25 de febrero del 2006— se ha declarado no culpable de asesinato en primer grado en un caso que se espera que pase a manos de un jurado esta semana.
En la actualidad está sirviendo una condena de 25 años a cadena perpetua por el secuestro de una de las mujeres.
Cuando murió, St. Guillen estudiaba justicia criminal en el John Jay College de Manhattan. Una amiga le pidió que tomaran un taxi juntas hasta casa tras una noche de tragos, pero St. Guillen decidió ir a otro bar. Testigos dijeron a los investigadores que cuando St. Guillen se negó a dejar el club The Falls cuando éste estaba cerrando, el manager, Danny Dorrian, le ordenó a Littlejohn que la llevase afuera.
La familia de Dorrian es propietaria del Dorrians's Red Hand, el bar del Upper East Side que se hizo famoso porque allí el “asesino pijo” Robert Chambers” conoció a Jennifer Levin antes de matarla en Central Park.

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