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Unos 400 estudiantes de la escuela básica “Mi Segundo Hogar”, del sector de Villa Lila, en el kilómetro 11 1/2 de la Autopista Duarte, han tenido que iniciar el año escolar debajo de una mata de higuero, porque el dueño del local que le servía de plantel lo cerró con alambres de púas porque se le adeudan cinco meses de renta, además de que lleva 14 años pidiendo que se lo desalojen.
Los padres de los alumnos llamaron a las autoridades educativas que procuran una educación Mil X Mil a buscar una solución a la mayor brevedad porque en estos momentos la educación de sus hijos está “cero x cero”.
Los estudiantes y profesores fueron impedidos de entrar al plantel y están dando clases en plena calle, donde ubicaron sus butacas, pizarras y materiales educativos, hasta tanto se busque una salida a estos inconvenientes, que se presentan cada año para el inicio del año escolar.
“Nosotros ya estamos cansados de que la escuela sea cerrada como forma de presión para que las autoridades se pongan al día con el pago del alquiler. Lo que pedimos es un plantel propio donde los estudiantes puedan recibir docencia en mejores condiciones”, manifestó la profesora María de los Santos.
La escuela, que imparte docencia de preescolar a octavo grado, lleva 15 años utilizando el mismo local rentado, y se ha convertido en una costumbre que para la fecha de inicio del año escolar, la vivienda sea cerrada por parte de su propietario, como método de presión para que las autoridades se lo devuelvan y se pongan al día con el pago de la renta.
Cursos estrechos
Ana Virginia Comas, quien es madre de tres estudiantes de la escuela, dijo que el centro educativo público más cercano está en el sector Los Girasoles, en el kilómetro 13 de la Autopista Duarte, por lo que el traslado constituye un riesgo para los niños, sobretodo los más pequeños, al momento de cruzar la avenida.
Además de que en ese centro educativo casi nunca hay cupo disponible.
De su lado, Jacqueline Rodríguez, quien tiene dos estudiantes en el centro afectado, resaltó que en el local donde funciona la escuela tampoco hay espacio suficiente para la cantidad de estudiantes matriculados.
“Los estudiantes se sientan encima de los otros para poder coger clases porque los cursos son muy estrechos.
El que está detrás y pide un permiso para ir al baño tiene que esperar que se paren todos los que están delante para poder salir”, expresó.
Mientras, Carlos Manuel Guridi, indicó que aparte de que la escuela está cerrada, la realidad es que los niños ya no caben en la vivienda que los alberga. En tanto, Otilio Dipré dijo que el centro está en un progresivo deterioro, lo que constituye un peligro para los estudiantes.
Asimismo, el dirigente comunitario Manuel Reyes llamó a los diputados Tobías Crespo, Elías Serrulle e Ito Bisonó, así como al síndico del Distrito Nacional, Roberto Salcedo, a cumplir con su promesa de campaña de ayudarles a construir la escuela.
Alternativas
La directora de la escuela, Belkys Manzano, dijo que una comisión del Ministerio de Educación, que encabeza el viceministro Giovanni Romero, director de Mantenimiento Escolar; están tratando de buscar una solución al problema.
Hasta el momento tienen visto en el sector un solar de 1,400 metros, valorado en RD$6,000,000, y que la próxima semana se proponen conversar con el propietario del inmueble para evaluar la posibilidad de comprarlo y construir una escuela propia.
De su lado, el director regional, Danilo Contreras, dijo que mientras se negocia la compra del solar, se gestiona el alquiler de un local donde se pueda instalar el centro educativo.
Asimismo, dijo que son dos meses los que se les adeudan a Víctor Doñé Correa, propietario del local cerrado, y que la próxima semana le entregarán su pago.
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