miércoles, 25 de agosto de 2010

El temor a la ley impide ayudar a los accidentados .


Doris Pantaleón
listindiario.com
Santo Domingo

Cerca del 10% de las muertes por accidentes de tránsito en el país podrían evitarse si los lesionados fueran atendidos a tiempo y trasladados a los centros hospitalarios con las debidas medidas de seguridad médica. Estos casos de pérdidas humanas también están vinculados a la indiferencia y el temor ciudadano, así como a la falta de respuestas oportunas de las autoridades.

La apatía que muestran transeúntes al momento de auxiliar a un accidentado está vinculada, de acuerdo a familias de víctimas de accidentes, a varias razones, entre ellas temor a que se trate de una trampa para asaltarles; al tiempo que se pierde en los hospitales cuando se lleva un accidentado debido al procedimiento de investigación que esto conlleva.

También señalan la negativa de las clínicas privadas de recibir al paciente si no hay nadie responsable a cubrir sus gastos médicos, y a la falta de respuesta rápida cuando se pide la presencia de organismos de socorro y de transporte sanitario.

Tampoco faltan en las carreteras quienes en vez de socorrer a la víctima “aprovechan” el accidente para saquear.

Igualmente se ha dado el caso de que una persona auxilia a un accidentado y cuando éste recupera la conciencia, acusa a su “samaritano” de ser quien le atropelló.

Tres historias
Experiencias dolorosas vinculadas a familiares de accidentados que han permanecido por horas en el pavimento son guardadas en la memoria de miles de familias dominicanas.

Estas son algunas vivencias: Deyanira Polanco venía un Sábado Santo por la autopista 6 de Noviembre. De pronto presenció lo que por un momento pensó que era un platillo volador, al ver una luz que rodaba en medio la autopista. Al acercarse se percató que se trataba de un accidente.

Lo que daba vueltas sin control era una camioneta, conducida por un joven de unos 20 años que quedó lesionado dentro del vehículo.

Muchos transeúntes pasaron indiferentes, pero Deyanira se detuvo y haciendo grandes esfuerzos pudo sacarlo del vehículo.

Pese a que pedía ayuda, nadie se detuvo. Estaba preocupada. El muchacho perdía por momentos la conciencia y ella temía que se muriera.

Decidió llamar a la Línea de Auxilio 911, y una hora y 30 minutos después llegó una patrulla de carretera.

Allí no terminó su responsabilidad como ciudadana. La patrulla, alegando que cuidaría el vehículo, se negaba a llevar al accidentado al hospital solicitándole a Deyanira que lo llevara ella misma a San Cristóbal, donde estaba el centro de salud más cerca- Inconvenientes. Algunas personas aseguran que no ayudan a los accidentados por la negativa de las clínicas privadas de recibir pacientes si no hay nadie que se responsabilice a cubrir sus gastos médicos, y a la falta de respuesta rápida cuando se pide la presencia de organismos de socorro, los que tardan mucho en llegar. no. Sólo accedieron a llevarlo cuando se enteraron que Deyanira era periodista.

Menos suerte
Richard Ogando, de 35 años, tuvo menos suerte. Su hermana Mayra recuerda que el accidente en que su pariente perdió la vida ocurrió un 26 de diciembre, cuando a bordo de una motocicleta tipo pasola se dirigía a su trabajo.

Mientras transitaba por la avenida Jacobo Majluta, un vehículo lo chocó y su conductor lo dejó abandonado. Los golpes que recibió le impedían movilizarse y permaneció tirado en el pavimento por más de dos horas, sin recibir auxilio de nadie. Luego pasó una patrulla de carretera, lo recogió y lo llevó al hospital en la parte trasera de una camioneta. El joven llegó consciente al hospital de traumatología Doctor Darío Contreras, pudo llamar a alguien de su familia, pero al poco tiempo falleció.

Manuel Villegas, de 23 años, se trasladaba en una motocicleta en un campo de San Juan. En un cruce de carretera se le atravesó un ciclista y lo embistió. Muchos le vieron agonizar en el piso, pero nadie le socorrió. Alguien que le conocía prefirió ir en busca de la familia en un campo cercano, y cuando llegaron aún permanecía allí.

Un amigo de la casa se prestó a trasladarlo al hospital en una motocicleta, resguardado por otro que iba detrás, cuando llegó al centro de salud, era demasiado tarde, hizo una hemorragia cerebral y los médicos concluyeron que la forma del traslado agilizó su muerte.

Traslados
Los traslados inadecuados dan al traste, en muchas ocasiones, con la vida del paciente politraumatizado. A diario llegan a los centros asistenciales del país pacientes accidentados trasladados en motocicletas, en la parte trasera de camionetas, camiones, en asientos de vehículos y hasta en brazos de amigos.

El no contar con transporte sanitario adecuado en el momento oportuno, la falta de organización y de suficiente personal técnico especializado para dar esa primera asistencia al momento de trasladar un accidentado es una de las grandes debilidades del Sistema Sanitario Nacional en materia de atención pre hospitalaria.

Ambulancias
De acuerdo a informaciones ofrecidas por el doctor Juan Rodríguez, encargado de la Dirección de Emergencias y Desastres del Ministerio de Salud Pública, el sistema cuenta con alrededor de 80 ambulancias que generalmente están ubicadas en los hospitales y que son movilizadas vía radio cuando a ese departamento le reportan accidentes.

Las ambulancias, explicó, son colocadas en puntos de carreteras críticos cuando en el país se desarrollan operativos de emergencia, como ocurre en Navidad y Semana Santa.

A la Dirección de Emergencias y Desastres le llega la información de la necesidad de un traslado sanitario a través de la línea de emergencia 911.

TRATAMIENTO EN EL LUGAR
El traumatólogo Héctor Quezada explica que el tratamiento de un traumatizado debe empezar en el mismo lugar del accidente, ya que si se cometen errores a la hora de aplicar el tratamiento inicial las consecuencias pueden ser fatales, porque se pone en riesgo la vida del paciente o la posibilidad de dejarlo discapacitado.

Lo ideal, de acuerdo al especialista, es que si una persona no tiene experiencia que no toque al accidentado.

Para levantar un paciente del pavimento se necesitan tablas y camillas especiales, félulas de aire que permiten inmovilizar al paciente de la cintura hacia abajo y colocar collares cervicales, entre otras herramientas.

En países avanzados, los servicios de emergencias de los grandes hospitales tienen cronometrado el tiempo en que se debe llegar a un accidente de tránsito, para eso tienen redes de ambulancias ubicadas en lugares críticos.

MIEDO
Quezada atribuye el miedo de los ciudadanos a que años atrás en el país había una disposición que establecía que toda persona que llevara un paciente accidentado a una emergencia hospitalaria era responsable de ese paciente; la persona quedaba detenida hasta que el paciente recuperara la conciencia y dijera que no era esa persona quien lo había atropellado. Si el paciente moría sin aclarar la complicación era aún mayor.

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