JOHANESBURGO/AP.- El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma,
abandonó una cumbre regional para regresar el viernes al país, donde
varios mineros prometieron pelear hasta la muerte luego que la Policía
informó finalmente el resultado de la represión a tiros contra
excavadores de platino en huelga: 34 muertos y 78 lesionados.
La
jefa policial Mangwashi Victoria Phiyega dijo que el jueves fue un día
negro para Sudáfrica pero que no era tiempo de recriminaciones, mientras
la gente comparaba la acción policial con la violencia gubernamental
durante los años de la segregación racial.
Varios partidos
políticos y sindicatos exigieron una investigación, en tanto diversos
parientes de mineros trataban de conocer el paradero de sus seres
queridos.
Phiyega tomó el cargo en junio después de que dos jefes
policiales fueron acusados de corrupción, entre otros delitos. Ahora
intenta reestructurar una fuerza policial marcada por escándalos.
El
enfrentamiento del jueves es considerado como una parte de la serie de
problemas que tiene Sudáfrica 18 años después de que terminó el gobierno
racista de blancos. Aún lucha contra la desigualdad social, entre una
minoría blanca -junto con una pequeña elite negra- y la mayoría de los
negros que soportan un alto desempleo y malas condiciones de vivienda,
atención médica y educación.
El gobierno de Zuma ha desestimado los llamados para que nacionalice minas y centros agropecuarios.
La
Presidencia informó que Zuma dejó una cumbre regional en Mozambique y
que se dirigía a la mina de Lonmin, en las inmediaciones de la ciudad de
Marikana. El yacimiento está a unos 70 kilómetros (40 millas) al
noroeste de Johanesburgo.
En los hospitales de la zona, la gente buscaba a sus parientes entre los heridos.
viernes, 17 de agosto de 2012
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