El consumo ocasional de pornografía no es ningún problema. Lo que debe preocuparnos de manera seria es cuando percibimos que alguna persona de nuestro entorno se ha convertido en un adicto a consumir estos productos, y esto afecta a su trabajo y vida diaria, como puede pasar con otras adicciones.

Hay que tener en cuenta que la situación puede ser tan seria como para que algunos hombres adictos a la pornografía no pueden funcionar sexualmente sin el estímulo de ésta. Y, al igual que ocurre con otras adicciones como el alcoholismo, los adictos a la pornografía cada vez necesitarán formas más extremas e inusuales de estos contenidos.

En los casos en que es evidente que se sufre una adicción a la pornografía, lo mejor es hacer frente a la situación buscando una terapia adecuada. Aunque no se considere como un trastorno mental oficial todavía – cosa que sí ocurre con otras adicciones -, no se puede olvidar que esta conducta puede tener graves efectos en la propia sexualidad y pueden ser perjudiciales para el funcionamiento social. De hecho, se puede decir que cuando la pornografía pasa de ser un placer ocasional a una necesidad, se convierte en un problema mental, físico y emocional que se puede superar con el empleo de una combinación de terapia y filtros de Internet.




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