En estos últimos día Ecuador ha estado convulsionado por todo lo que tenga que ver con un balón. Atrás quedaron los problemas cotidianos, económicos y políticos. Ahora sólo se habla de fútbol. El proceso eliminatorio rumbo a Sudáfrica 2010 es el tema del momento. Además la resaca que dejó el festejo de la victoria de Barcelona de Guayaquil sobre la Universidad de Portoviejo que sirvió para quedarse en primera categoría la próxima temporada.
El fanático barcelonista pasó de la tristeza a la euforia. Celebró ese acontecimiento como si hubiesen disputado la final del rentado ecuatoriano. Cómo han cambiado los tiempos. Antes la alegría masiva era para regocijarse con los títulos, las vueltas olímpicas y las grandes actuaciones en los torneos internacionales. Hoy se celebra que la divisa más popular del país no haya bajado a la ‘B’.
Orlando García es un taxista guayaquileño que se declara “hincha a morir de Barcelona” y está “súper contento” que el cuadro de sus amores haya permanecido en la división de honor.
¿Cuál es la euforia? “Es cuestión de ego”, respondió. Barcelona es el único profesional ecuatoriano que no ha perdido la categoría. Hasta Liga Deportiva Universitaria de Quito que fue campeón local y de la Copa Libertadores de América, se fue a la ‘B’.
“Tengo hasta la sangre amarilla. Tengo la certeza que vendrán días mejores”, subrayó.
Y es muy posible que lleguen días mejores.
La directiva amarilla asegura que se encuentra empeñada en conformar un equipo competitivo y con aspiraciones de llegar a pelear los primeros lugares en el campeonato que se avecina. También ratificó al entrenador argentino Juan Manuel Llop a quien consideraron que a pesar de no alcanzar la liguilla ecuatoriana, había realizado una dedicada y honesta labor en bien de la causa torera.
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