Un mes y medio antes de fallecer, el doctor
Joaquín Balaguer le pidió a su médico Rodolfo Rincón Martínez que cuando
expirara le extrajera el corazón.
Rincón Martínez, médico
cardiólogo de la más íntima confianza del entonces nonagenario líder del
Partido Reformista Social Cristiano, recuerda que esa tardecita
Balaguer lucía algo acongojado, y que cuando le hizo la petición llamó
al general retirado Luis María Pérez Bello y al asistente del líder
Aníbal Páez, que estaban en una sala próxima para enterarlos del deseo
de Balaguer, y que una vez junto a ellos, le pidió que repitiera ante
ellola petición:
“Yo quiero cuando me muera que Rincón me saque
el corazón”, apostilló el veterano político, ya en las postrimerías de
su vida. Esta revelación fue dada a los periodistas Miguel Franjul, y
Fabio Cabral en el programa La Hora Crítica que se transmite por Tele
Impacto, canal 23 y Televida, canal 41 de lunes a viernes a las ocho de
la noche.
Joaquín Balaguer quien gobernara el país por una etapa
primero de 12 años y luego de 10, al parecer y según el criterio de
Rincón Martínez, sentía la necesidad de que su corazón fue donado a la
ciencia y la medicina, aunque nunca pudo determinar a ciencia cierta la
motivación de un hombre que en sus años de plenitud se definió como un
destinista que creía que el hombre llegaba con un fin a la vida.
El
día que Joaquín Balaguer Ricardo esparció su último hálito, un 14 de
julio del 2002, contando 95 años de edad, Rincón Martínez intentó hacer
cumplir el deseo del hombre de quien dice entregó todo en su vida y que
no era extraño que si bien se deshacía de bienes personales y
propiedades, también quisiera desprenderse de ese músculo vital, que era
su corazón.
“Cuando el presidente Balaguer murió, yo hice el
intento, todo lo posible. Me dirigí donde un gran colega, fui donde el
doctor Angel Contreras padre y le manifesté Doctor, el presidente
Balaguer me dijo que cuando muriera le sacara el corazón, y Él
reflexionó antes de responderme: no es bueno porque van a decir que
usted le sacó el corazón a Balaguer, que es un hombre muy público, no
pude hacer nada porque no exigí un documento”, añade al hacer una
evocación de esos minutos finales en la vida de Balaguer.
Rincón
Martínez se define en la entrevista como un hombre en cuya
profesionalidad médica el también escritor, poeta, ensayista y orador
depositó una gran confianza al punto de designarlo como uno de sus
galenos de mayor intimidad. Esa confianza lo llevó a visitar a Balaguer
para un chequeo de rutina todos los miércoles a las cinco de la tarde.
En esas ocasiones lo monitoreaba, le hacía las exploraciones de rutina y
compartía con él momentos de recogimiento, nostalgias y depresiones.
“Un
punto interesante es que él quiso que yo lo viera siempre los miércoles
a las cinco de la tarde. Yo le hacía una evaluación general le
monitoreaba, con su problema de su glaucoma y él a veces cuando iba
entrando por la puerta como a las cinco y media de la tarde, terminando
de comer y se quedaba parado en la puerta y me decía Rincón, en estos
precisos momentos estaba pensando en ti, hoy si es un día que estoy
viendo blanco, blanco blanco”, relata.
Cuando Joaquín Balaguer le
hace la petición de extraerle el corazón una vez dejara su último
aliento en la tierra de los vivos, Rincón siente que se trata de una
petición extraña.
sábado, 14 de julio de 2012
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