martes, 24 de julio de 2012

El fracaso de La Casa del Kilómetro 5.


Fuente:por /Diariolibre.-En estos tiempos que comienza a resurgir el cine dominicano como industria, debemos ser cuidadosos al momento de producir y realizar una película de manufactura local. Es una transición delicada, ya que de eso depende la confianza de inversionistas y dueños de salas de cine, quienes lógicamente deben anteponer el negocio por encima del apoyo que quisieran dar a lo autóctono.
Es un momento donde se esta cimentando una base, la cual al contar ahora con la DGCine y la nueva ley de cine, podrá permitir que inquietos, aficionados y profesionales del cine demuestren al mundo la valía de lo que se puede hacer en suelo dominicano.
Solo basta recordar que en los años 70s. y mediados de los 80s. el cine mexicano pasaba de vivir una era del cine clásico de oro, donde brillaron grandes leyendas, a un cine comercial de gran pegada. Pero todo cambió cuando a finales de los 80s. e inicio de los 90s. la gran demanda originó las producciones de una prole de cintas que no escatimaban en el menor detalle de producción o realización (por ejemplo las ultimas películas de los hermanos Mario y Fernando Almada entre otros), haciendo que el interés en el cine comenzara a perderse y poner en peligro la mismísima industria del cine mexicano.
Luego, a mediados de los 90s., una nueva corriente de cineastas comenzaron a mostrar su preocupación por el tema y comenzaron a realizar cintas mas autóctonas y originales, basándose en un enfoque muy diferente al norteamericano y con guiones de impecable calidad. Es justo ahí cuando comienza una nueva etapa en el cine mexicano, el cual necesitaba diferenciarse tanto del anterior que comenzó a mercadearse como “nuevo cine mexicano”. El resultado, un cine independiente competitivo y muy ovacionado en los diferentes festivales internacionales.
Algunas de las películas que comenzaron a rescatar un cine mexicano agonizante son: “Elisa ante el fin del mundo” de 1997, “Por si no te vuelvo a ver” de 1997, “Bajo California: el limite del tiempo” de 1998, “Santitos”de 1998, “Todo el poder” de 1999, “Amores Perros” del 2000 y de entre muchas más, “Y tu mama también”del 2001. Gracias a estos films un publico joven ha crecido y se ha formado viendo un cine de calidad y por ende, nuevos cineastas preocupados por hacer un cine con altura.En el caso de la película dominicana “La Casa del Kilometro 5″, vemos una pieza preocupante en la emergente industria del cine local. Esta cinta mercadeada como una película comercial, parece mas bien un ensayo universitario fallido y cuestionable. Mal musicalizada, mal editada, mal actuada, mal planteada y con un guion más que cuestionable, es el resultado de esta película que supone el debut como realizador deOmar Javier.
Basado en un tema propio del folklore popular dominicano y escudado con un elenco de figuras populares del medio artístico dominicano (cantantes, presentadores de TV y demás), Javier escribió el guion y dirigió una película cuya temática pudo haber tenido una mejor suerte. En consecuencia el producto final fue una película con escenas grotescas, plagada de trucos y efectos altamente cuestionables.
El utilizar figuras de renombre pudo haber funcionado si hubiese estado sustentado por lo menos con un guion bien estructurado y con mayores cuidados en los detalles de realización. Lógicamente en “La casa del KM 5″ se evidencia la falta de productores ejecutivos que garanticen el empleo de lo indispensable para lograr buena fotografía, video, ambientación y demás.
La película muestra la historia de un hombre pobre que vende su alma al diablo con tal de tener bienestar económico que le permita criar a su única hija, pero el ser del mal pide en cambio el alma de la niña. Esa es la premisa de la maldición que se posará en la casa misteriosa de La Vega, donde suceden cosas inexplicables.
Una estación radial en busca de rating hace un concurso que busca pagar 2 millones de pesos a quien pase una noche en la aterradora casa. Lógicamente el morbo popular y el interés por el dinero hará que muchos se animen a visitar la casa, pero la suerte que corren es mas que previsible.
En esta nueva etapa del cine dominicano no podemos darnos el lujo de hacer películas que sean el hazme reír tanto en el país como fuera de él. No se puede hacer una película por el simple hecho de hacer currículos o ser parte de la moda del momento. Hay que planificarse, hacer real estudio de locación, estudiar y analizar para originar un buen guion, dominar técnicas de producción, tener respaldo de productores ejecutivos que inviertan como se debe en el proyecto y tener buenos actores que puedan alternar con el reparto en general. Sino se pueden tener estos elementos, es mejor seguir madurando la idea de hacer una película y prepararse para tales fines.
Luego de notables éxitos c0mo “El rey de Najayo”, “Tropico de Sangre”, “Lotoman”, “Jean Gentil”, “Hermafrodita”, “Yuniol”, “Sanky Panky” o “Cristiano de la Secreta” entre otras, no podemos darnos el lujo de seguir creando cintas de cuestionable calidad. Películas como “Pasaporte rojo”, “La maldición del padre Cardona”, “4 hombres y un ataúd”, “Éxito por intercambio”, “El Tercer Mundo”, “Lilîs”, “Al fin y al Cabo” y “El caballero de la noche” entre muchas otras más, deben ser parte del pasado en el cine dominicano. Deben ser vistas como películas que en su momento cubrieron una cuota en la formación del cine local, pero que ya hoy día son metas superadas.
En la actualidad a parte de la DGCine, la nueva ley de cine y los aportes de Funglode, existe el respaldo de empresas como Caribbean Cinemas y Palacio del Cine, cuyas salas, facilidades de distribución y producción están abiertas para respaldar las realizaciones criollas. Igualmente productores independientes y empresas como Antena Latina films entre otras, aúpan la idea de darle calor al cine local. Pero para mantener este interés colectivo, es necesario reflexionar y saber diferenciar lo que es interés por hacer una película y saber hacer una película.

No hay comentarios: