¿Quién murió? Preguntan curiosos ante las imágenes de cientos de
personas que colman la calle principal de Pizarrete. La respuesta es: “
No se trata del sepelio de una funcionaria pública, una doctora o
ingeniera, ella solo atendía el colmado de su papá, pero todo el mundo
adoraba a Joha, los niños, los jóvenes y los viejos.” Así explica una
amiga de la fallecida la inusitada muestra de pesar en una comunidad
pequeña, el distrito municipal de Pizarrete, volcada en la calle para
despedir a la que consideraban la alegría del pueblo.
“Prefiero recordarte con la alegría que causabas en mí a la hora de
ir a molestarte al colmado y abrazarte sin importar quién estuviera ahí.
No tengo palabras para expresar el dolor que me causa tu partida,
siempre serás mi hermana grandota, y estarás en mi corazón #RIP #Joha”.
Es una de las tantas expresiones de dolor de las externadas,
también, en las redes sociales por los compueblanos de Johanna Álvarez,
la joven que con su sonrisa y empatía cautivó distintas generaciones.
Su partida ocurrió de repente. Apenas el martes se informó que fue
hospitalizada, debido a complicaciones de salud, y en menos de 48 horas
había partido de este mundo.
“Yo me iba a costar y vi en las redes que murió Joha, nunca había
sentido una confusión tan grande, ella se veía llena de vida, con una
sonrisa siempre y con su tamaño y contextura daba los abrazos más
afectivos que puedas imaginar”, dice otro joven de la comerciante que
estaba al frente del colmado de la familia.
La noticia llegó próximo las 10:00 de la noche y su pueblo no durmió.
Era tanta la gente que el velatorio se realizó en el Salón Multiuso de
la comunidad El Roblegal. El pueblo acompañó a sus familiares en el
doloroso proceso, donde personas de todas las edades lloraban y
resaltaban sus cualidades.
“Se tiende a decir que desde que alguien muere todos aseguran que era
una persona excelente, pero ese no es el caso de mi tocaya y amiga
Joha, un ser humano diferente, que vivió su vida a su manera y sin dañar
a nadie, todos la querían: niños, jóvenes, adultos, ancianos,
cristianos y ateos. No sólo en Pizarrete, sino todas las personas que un
día tuvieron la oportunidad de intercambiar palabras con ella. Era
onsejera y comprensiva, a veces, apoyadora, pero siempre había tiempo en
su agenda para escucharte”, escribió Joha, otra amiga que vive en los
Estados Unidos.
“Tengo el corazón destrozado con tu partida, eras un ser humano
demasiado bueno, amorosa, llena de vida con tantos planes, no debemos
cuestionar a Dios, pero a veces me pregunto porque señor deja que pasen
estas cosas tan dolorosas? Solo nos queda aceptar tus designios. RIP mi
loca Dios te tenga en un buen lugar. Esto dolió demasiado.”
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