sábado, 25 de diciembre de 2010

Santa Claus ya tiene un hogar en China, a 40 grados bajo cero .


-Autor: Antonio Broto

Pekín, (EFE).- Aunque en teoría sólo los cristianos de China, apenas el uno por ciento de la población, celebran la Navidad, la fama mundial de Papa Noel ha llevado a la ciudad más fría y norteña del país a usar el personaje para atraer turistas, con un parque de atracciones que intenta imitar su hogar en Laponia.

El parque fue inaugurado esta semana en Mohe, ciudad fronteriza con la Siberia rusa, donde San Claus y sus renos tendrán que soportar temperaturas inferiores a 40 grados bajo cero, aunque es precisamente el frío extremo lo que se quiere usar para atraer turistas.

La nueva casa de Papá Noel en China ha sido construida a imitación de la localidad finlandesa de Rovaniemi, en Laponia, uno de los autoproclamados lugares originarios de Santa Claus en el Círculo Polar Ártico.

Según Huang Nana, responsable del Buró de Turismo de Mohe, los visitantes pueden visitar el hogar del popular personaje occidental, enviar cartas con peticiones de regalos o dedicarse al esquí en esta zona subártica, que en febrero de 1962 registró la temperatura más fría del país (52,3 grados bajo cero).

Los responsables del parque, llamado Beiji Cun ("Villa del Polo Norte"), confían en atraer turistas que revivan la economía de la pequeña ciudad de 40.000 habitantes, que suele estar cubierta de nieve y hielo ocho meses del año y en la que en diciembre suele anochecer poco después del mediodía.

En el futuro prevén ampliar las atracciones con cines, un museo dedicado a la Navidad y hoteles también inspirados en la festividad occidental, que en China -el país donde se fabrican buena parte de las decoraciones navideñas de todo el mundo- es cada vez más popular, aunque esté desprovista de tintes religiosos.

La inauguración del parque incluyó la visita del mismo Papa Noel, que aparcó su trineo por unos días y arribó a Mohe el 18 de diciembre en un vuelo desde Pekín, donde fue recibido en el aeropuerto con honores de alto cargo y fue llevado a visitar su nuevo hogar chino.

Además, diez parejas chinas, algunas de ellas venidas de la isla tropical de Hainan, en el extremo sur del país, celebraron una boda ártica.

Mohe recibe unos 400.000 turistas al año, muchos de ellos en verano, pero sus autoridades han pensado en cambiar la pauta, siguiendo ejemplos como el de la ciudad de Harbin (capital de la provincia de Heilongjiang, donde también se encuentra Mohe), que recibe durante su festival de nieve y hielo a gran parte de sus visitantes anuales.

Creando copias en hielo de famosos monumentos de todo el planeta, o gigantescas estatuas de nieve, Harbin atrae cada invierno a miles de viajeros sobre todo del sur de China o de Hong Kong, dispuestos a conocer el invierno extremo o disfrutar de una de las festividades más peculiares del país asiático.

En 1985, la ciudad de Mohe, entonces formada principalmente por cabañas de madera, quedó destruida por un incendio, y fue levantada de nuevo imitando el estilo arquitectónico ruso.

Mucho antes, la ciudad se hizo famosa por una fiebre del oro que atrajo mineros -y también mucha prostitución- de toda China, Rusia, Corea y Japón, lo que dejó como recuerdo un cementerio con muchas tumbas sin identificar, muchas de ellas de mujeres.

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