martes, 23 de julio de 2013

El Papa llegó a Brasil .

EFE
Río de Janeiro
Cuatro meses después de ser elegido papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio volvió a Latinoamérica para presidir en Río de Janeiro la Jornada Mundial de la Juventud, y denunció que la crisis mundial está causando mucho daño a los jóvenes y que se corre el riesgo de que haya una generación que nunca ha tenido trabajo.
Contento de volver al “fin del mundo”, como llamó a Latinoamérica cuando fue elegido pontífice el 13 de marzo pasado, y especialmente a Brasil, el país con el mayor número de católicos del planeta -casi 165 millones- Francisco dijo en declaraciones en el Palacio de Guanabara ante la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que no traía “ni oro ni plata”.
“No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón y deseo que llegue a todos y a cada uno mi salud. La paz de Cristo esté con vosotros”, afirmó.
Francisco agregó que su deseo es encontrarse con los jóvenes de todo el mundo, “que hablan idiomas diferentes, pertenecen a culturas diferentes y sin embargo encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones”.
“Cristo les ofrece espacio y los jóvenes tienen confianza en Él, no tienen miedo a arriesgar con Él la única vida que tienen, ya que saben que no serán defraudados”, aseguró.
El papa Bergoglio manifestó que la juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y aseguró que la generación de los adultos se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven “cuando sepa ofrecerle espacio, tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo, darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida”.
Francisco pidió a los adultos que garanticen a los jóvenes la seguridad y educación, le transmitan valores duraderos “por los que vale la pena vivir”, le aseguren un horizonte trascendente “para su sed de auténtica felicidad y su creatividad en el bien” y le dejen en herencia un mundo que corresponda “a la medida de la vida humana”. Preocupado por los jóvenes, en el avión que le llevaba desde Roma a la ciudad carioca y en un encuentro con los periodistas que le acompañaban, dijo que la crisis mundial está causando mucho daños a los jóvenes y reivindicó el papel de los ancianos en la sociedad.
“La semana pasada he conocido el porcentaje de jóvenes sin trabajo y corremos el riesgo de tener una generación que nunca ha tenido trabajo y del trabajo sale la dignidad de la persona, de ganarse el pan”, afirmó.
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VISTA ES UNA PRUEBA PARA EL GOBIERNO

Para el gobierno de Brasil, la visita del papa es una prueba de la celebración del Mundial de fútbol el año próximo y los Juegos Olímpicos de 2016, que también atraerán a millones de visitantes del país. Como parte de los preparativos, soldados brasileños invadieron una franja de favelas de Río para expulsar a las bandas de narcotraficantes y restablecer su autoridad.
En gran parte debido a la violencia en las favelas, Brasil tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo, que se ha duplicado en las últimas tres décadas, según un nuevo informe.

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