viernes, 28 de junio de 2013

Senado cumple y aprueba la ley de inmigración.

Washington, D.C. — Hicieron historia y lo sabían. Un voto de 68-32 coronó ayer un gran triunfo para la reforma migratoria. El respaldo más alto que se ha alcanzado, desde la ley de 1986, que legalizó a tres millones de personas. Ahora todo depende de la Cámara de Representantes.
Fue un momento solemne. El vicepresidente Joe Biden dirigió la votación, mientras los senadores sentados en sus puestos, se levantaron uno a uno para estampar su voto.
Una persona estaba ausente y el líder de la mayoría, Harry Reid (D-NV) lo recordó, en un emotivo discurso. "Ted Kennedy. Sé que él nos está mirando orgulloso. Estamos votando para movernos más cerca de nuestros ideales", dijo.
En el público, altos funcionarios de la Administración, líderes de grupos pro inmigrantes y más de 90 jóvenes de la organización United We Dream. A las 4:20 p.m. el tiempo se acabó y un tímido aplauso invadió el pleno del Senado, seguido por un fuerte "¡Sí se puede!".
"Es lo mejor que me pudo haber pasado. Es increíble, me dieron ganas de llorar de alegría, hemos esperado por tanto tiempo. Pensé en mi mamá, en poco tiempo no tendré miedo de que se lleven a mi mamá. Ella será legalizada", aseguró Jackeline, quien viajó especialmente desde Wisconsin para presenciar el voto de ayer en el Senado.
Los autores del proyecto de ley no ocultaron su alegría con el resultado. "Todavía nos queda un largo camino por delante. Pero hace algunos meses atrás no sabía si seríamos capaces de llegar a este punto. Para el partido republicano los días de la autodeportación están detrás de nosotros", dijo el senador Lindsey Graham (R-SC), uno de los autores del proyecto de ley.
"68 es el número con que se aprueba un tratado en el Senado. No me imagino un mensaje más fuerte que le podamos enviar a la Cámara de Representantes. Debemos seguir adelante. Pocas veces como legisladores, tenemos la oportunidad de cambiar la vida de millones", aseguró el senador Robert Menéndez (D-NJ).
Luego del voto, los pasillos del Senado se repletaron de festejos y abrazos apretados.
Los senadores felicitaron especialmente a sus asesores legislativos, por las intensas negociaciones entre demócratas y republicanos para llegar a un resultado final. Pero, detrás de las celebraciones, existe preocupación. "Este es un momento muy emotivo, tremendamente bueno. Es hora de festejar, pero no puedo dejar de pensar en la Cámara de Representantes, debemos concentrar nuestros esfuerzos ahí", explicó Marshall Fitz director de política migratoria en el Centro para el Progreso Americano.
El futuro de la reforma migratoria dependerá de qué pase en la Cámara de Representantes y por ahora, nadie está seguro de qué camino tomará su líder, John Boehner (R-OH), para enfrentar el debate migratorio.
Quien no tiene tiempo para averiguarlo es Brian Rossell. Ayer no fue a su trabajo y en su lugar, presenció junto a su hija el voto en el Senado. Ambos son indocumentados y su deportación es inminente en julio.
"Yo les he rogado poder quedarme, porque con esta legislación, podremos vivir acá. Ellos me dicen que no, que me tengo que ir, que deje a mi niña en adopción y vuelva a El Salvador. Yo no quiero, éste es nuestro país. Tengo mucha esperanza con el voto de hoy, estoy bien contento", aseguró Rossell.
Llegar a este resultado no ha sido fácil. Fue un proceso largo que comenzó luego de las elecciones de noviembre de 2012. Fue entonces cuando senadores republicanos accedieron a participar en negociaciones. Así se formó un grupo de ocho legisladores que logró sostener un acuerdo para impulsar la reforma migratoria.
Luego del fracaso de 2006 y 2007, el voto del Senado es un gran triunfo para la comunidad inmigrante.
En 1985 cuando se debatió la última ley de inmigración que fue promulgada, se lograron 69 votos en esta etapa del proceso legislativo.....Fuente:

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