Islamabad, (EFE).- Dos años después de su muerte, la carismática ex primera ministra Benazir Bhutto sigue omnipresente en Pakistán, donde su nombre ha rebautizado ya desde un aeropuerto internacional a hospitales, parques, escuelas, avenidas e incluso un campeonato de boxeo.
El gobernante Partido Popular (PPP), liderado ahora por Asif Alí Zardari, viudo de Bhutto, ha explotado su figura para campañas sociales, iniciativas políticas o convenciones, y conseguido que sellos y monedas con su rostro entren en circulación.
El culto llega hasta el punto de que la foto de Benazir es más visible en los carteles políticos, los anuncios publicitarios del Gobierno o las recepciones oficiales que las de su viudo y actual presidente del país o cualquier otra personalidad del partido.
"Cuando una persona de ese relieve muere, y lo hace de una manera tan trágica, hay una tendencia a olvidar los aspectos negativos y a resaltar los positivos. El partido, al estar en el Gobierno, ha sabido levantar la imagen de Bhutto en toda su expresión", expuso a Efe una fuente diplomática occidental.
Recién retornada a Pakistán de un largo exilio, Bhutto falleció, a la edad de 54 años, al término de un mitin el 27 de diciembre de 2007 en un atentado terrorista en la ciudad de Rawalpindi, vecina a Islamabad.
Las circunstancias y autoría del asesinato, que sucedió pocas semanas después de otro ataque similar del que salió ilesa, son investigadas todavía hoy por las autoridades paquistaníes y una comisión de la ONU.
El pobre éxito a la hora de esclarecer los hechos ha contribuido a engrandecer el misterio y a alimentar todo tipo de teorías de conspiraciones en torno a su muerte.
Pero tanto la oposición política como el estamento militar han cumplido casi a rajatabla una especie de pacto no escrito de respeto hacia su figura, según varios analistas consultados por Efe.
"Dudo mucho que ningún partido opositor se atreva a castigar la imagen de Benazir. Todo lo que puede suceder ahora es que ésta siga mejorando", razonó la fuente diplomática, que sostuvo que la cúpula del PPP "ha hecho un trabajo impecable" promoviendo su imagen y "ligándola a los valores de la democracia".
Otros observadores opinaron que la figura de Benazir Bhutto, hija del ex primer ministro Zulfikar Ali Bhutto, ahorcado en 1979 por el dictador Zia ul-Haq, irá perdiendo relieve paulatinamente y criticaron la masiva institucionalización del nombre de una persona que, al fin y al cabo, era sólo líder de un partido político.
"Las circunstancias la convirtieron en una heroína del momento. No obstante, la gente se irá olvidando, al igual que ha hecho con otros líderes en tiempos pasados. Al ciudadano de a pie le preocupan más los asuntos cotidianos", argumentó el analista Humayun Khan, del gubernamental Instituto de Estudios Estratégicos.
Según esta fuente, el PPP comprendió que Zardari, lastrado por numerosas acusaciones de corrupción, "partía de una posición débil" para dirigir un partido en el poder huérfano de una figura de relieve internacional como la de su esposa.
Consciente de ello, el presidente paquistaní ha tenido siempre como punta de lanza a Benazir, cuyo nombre evoca en cualquier comparecencia pública tanto dentro como fuera de Pakistán.
"La foto de Benazir ha sido casi más utilizada que la del fundador de la patria (Mohamed Alí Jinnah), símbolo de unidad entre todos los paquistaníes, y esto a algunas personas en los estamentos de poder no les ha sentado del todo bien", comentó otra fuente diplomática.
Críticas aparte, la difunta líder tiene ya cuatro foros con miles de seguidores en la red social de Facebook y continúa congregando a multitudes en los aniversarios de su nacimiento y de su muerte, a la espera de que su vástago Bilawal, quien aún estudia en Inglaterra, siga perpetuando la dinastía política de los Bhutto. EFE
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Autor: Igor G. Barbero
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