Roma, (EFE).- La fuerte subida de los
precios del maíz, el trigo y la soja en los mercados internacionales ha
llevado a los tres organismos de la ONU dedicados a la alimentación
-FAO, FIDA y PMA- a recomendar a los países que eviten imponer
restricciones a la exportación de alimentos para evitar una crisis
alimentaria mundial. En un comunicado conjunto publicado hoy, la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y
el Programa Mundial de Alimentos (PMA) aconsejan coordinar esfuerzos
para evitar que estos "vaivenes de precios" acaben "en una catástrofe
que golpee a decenas de millones de personas en los próximos meses".
Por eso creen que los obstáculos a la exportación,
si bien pueden aliviar la situación de algunos consumidores
temporalmente dificultan el bienestar global y "resultan ineficaces"
ante el alza de los precios, que "puede afectar en gran medida a los
países que dependen de las importaciones alimentarias".
Otra de las medidas que proponen es "evitar las
compras motivadas por el pánico" y estimular la "producción sostenible
de alimentos" en los países importadores más pobres, que pueden
contribuir a la solución si se realizan inversiones en sus sistemas de
agricultura de pequeña escala y se crean sistemas de protección social
para asegurar la alimentación de sus poblaciones.
Aunque, según el comunicado, la comunidad
internacional está mejor preparada para responder a estos desafíos que
hace cinco años gracias a la creación Grupo de Trabajo de Alto Nivel
sobre Seguridad Alimentaria Mundial y el Sistema de Información del
Mercado Agrícola del G-20, desde la ONU insisten en que todos los países
deben actuar de manera "rápida y coordinada".
Para la organización, junto con la subida del
precio de los alimentos se plantea el problema a largo plazo de cómo
"producir, comerciar y consumir alimentos en una época de crecimiento
demográfico y de la demanda y cambio climático".
Entre las causas de las tres fuertes subidas de
los precios internacionales de los alimentos en los últimos cinco años
están las sequías y las inundaciones en importantes zonas productoras,
pero también el desvío de la producción para fines no alimentarios y la
especulación financiera, apuntan.
Como ejemplo de la repercusiones de estos picos,
el PMA estima que "cada 10 % de aumento en el precio de la cesta
alimentaria significa que tienen que encontrarse unos 200 millones de
dólares adicionales al año para ayuda alimentaria".
Además, la ONU señala que, "incluso en un buen
año, la producción de cereales es apenas suficiente para satisfacer la
creciente demanda de alimentos, piensos y combustible" y concluye
recordando la recomendación de varios organismos internacionales de
ajustar la cantidad de cereales dedicados a biocombustibles cuando el
suministro de alimentos esté amenazado.
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