Washington (EE.UU.)/EFE.- El estado de Texas (EE.UU.) ejecutó hoy
mediante una inyección letal a Robert Wayne Harris, un hombre que
confesó haber matado a cinco personas en 2000 una semana después de
haber sido despedido de su trabajo en un lavadero de vehículos.
Harris, de 40 años, fue declarado muerto a las 18.43 hora local
(23.43 GMT) en el penal de Huntsville, según informó en un comunicado el
Departamento de Justicia Criminal de Texas.
Sus últimas palabras fueron para su hermano y tres amigos que
presenciaron la ejecución y para el equipo de béisbol de los Rangers de
Texas.
Es el octavo preso ejecutado en el estado de Texas en lo que va de año.
La ejecución se llevó a cabo solo unas horas después de que la Corte
Suprema de EE.UU. rechazara las últimas apelaciones realizadas por su
defensa, que argumentó discapacidad mental y que en la selección del
jurado se eliminó a todos los candidatos de raza negra, como Harris.
Harris fue declarado culpable de dos de los cinco homicidios
cometidos en marzo de 2000 en un lavadero de automóviles en Irving
(Texas), una semana después de haber sido despedido de su trabajo allí.
También fue acusado de secuestrar y matar a una mujer meses antes de esa masacre.
La de Harris fue la segunda ejecución del día en EE.UU., ya que a
primera hora en Ohio recibió la inyección letal un reo que llevaba 23
años en el corredor de la muerte por un doble asesinato en 1989.
Donald Palmer, de 47 años, fue condenado por matar de varios tiros en
la cabeza a dos personas en una carretera en el este del estado de Ohio
tras una disputa.
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