jueves, 24 de enero de 2013

Desconocidos tirotean el santuario de la Virgen de la Altagracia en Jarabacoa .

Ricardo Santana/Listindiario
Guayacanes, Jarabacoa
Desconocidos profanaron y tirotearon la madrugada de ayer el santuario de la Virgen Nuestra Señora de  la Altagracia ubicado en la denominada curva de la muerte de la carretera La Vega-Jarabacoa, de la comunidad de Guayacanal.
El centro construido en yeso hace 60 años por el padre Santiago Coste, luego de salvarse milagrosamente su vida en un accidente, cuenta con vigilancia en horas del día, debido a que muchas personas que van al municipio de Jarabacoa lo visitan, pero en la noche queda desolado.
El vigilante diurno del santuario, Justo Germán Canela, dijo que cuando llegó hoy al lugar encontró el desastre y un manuscrito que dejaron los sujetos, el cual entregó a la Policía Nacional.
Germán Canela significó que en el escrito, los individuos proferían amenazas de muerte en su contra, por lo que dijo que teme por su vida.
Dijo desconocer las razones por las cuales los vándalos cometieron el hecho y por qué lo amenazan, ya que no tiene problemas con nadie y que nunca había confrontado una situación similar.
“Todo lo contrario, a los visitantes los oriento, les presto ayuda y todas las facilidades para que se tomen fotos junto a la Virgen”. La efigie se encuentra al fondo de un excepcional paisaje, propio de la zona de Jarabacoa.
Personas que viven en la cercanía del templo dijeron que escucharon los disparos, pero que nunca pensaron que se trataba de un acto vandálico en contra de un lugar tan sagrado como ése.
Asimismo, manifestó que, como no tiene problemas, cuida el lugar solo con un machete que normalmente usa para limpiar el área. “Siempre he dicho que Dios y la Virgen de la Altagracia me protegen, pero esos tipos me han metido en miedo”, observó.
El obispo de la   Diócesis de la Vega, monseñor Antonio Camilo González, consideró el hecho como vandálico y dijo que está confiado en que las autoridades profundizarán las investigaciones para dar con los responsables.
En la cercanía los accidentes son frecuentes, debido a que en la carretera hay una empinada zona de al menos cinco kilómetros y muchos conductores que desconocen su peligrosidad pierden el control cuando están bajando de ella, al usar al extremo los frenos que por lo regular tienden a neutralizarse por los calentones que sufren las bandas, según expertos de la Defensa Civil y los Bomberos.
El último accidente fatal ocurrió a final de enero del 2011 cuando un autobús de la empresa Caribe Tours se fue por una pendiente cayendo en un río justamente en la cercanía del santuario, donde murió su conductor y al menos 15 pasajeros resultaron heridos.

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