jueves, 3 de septiembre de 2009

Manuel Zelaya apela a los jóvenes.

En su quinta visita a Estados Unidos, el depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, decidió apelar a los jóvenes universitarios, mientras criticaba la pálida posición de Washington ante el golpe de estado que lo alejó del gobierno. Una estrategia que ya parece estar en sus últimos momentos, tras dos meses fuera de su país.

La sala estaba llena, entre estudiantes, periodistas y miembros del ex gobierno hondureño. Manuel Zelaya entró en medio de tímidos aplausos, mientras uno de sus asesores le cargaba su conocido sombrero, que rememora a los cowboys de Texas.

“Zelaya el sombrero ambulante”, comentaban algunos miembros de los medios de comunicación, refiriéndose al tortuoso camino que ha recorrido este mandatario depuesto desde la noche del 28 de junio.

“En Honduras se dio un cruento golpe de estado”, dijo, “había 150 disparos en la puerta de metal de mi casa. Me dejaron en la pista de aterrizaje en piyamas en San José. Nunca me había tocado una situación tan penosa”, relató a los jóvenes.

Al momento de hablar sobre las causas del golpe, Zelaya desmintió las acusaciones que se han levantado en su contra y aseguró que todas las demandas que ha recibido por narcotráfico, terrorismo, corrupción y traición a la patria, son completamente infundadas.

Mientras lo escuchaban personajes como el embajador de Brasil, Antonio De Aguiar Patriota y el de Venezuela, Bernardo Álvarez, además de miembros de su gobierno, el presidente depuesto dijo que en su país existen seis familias que manejan el 90 por ciento de las actividades económicas.
“Ya controlaban el Congreso hace mucho tiempo. En Honduras el verdadero poder está allí. Estas familias están privatizando los poderes del estado. Mis reformas estuvieron orientadas a limitar los oligopolios”, dijo.Fuente:ANTONIETA CÁDIZ WASHINGTON/CORRESPONSAL DE LA OPINIÓN.

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