Una de las recomendaciones que se les da a los hombres con problemas de infertilidad es que no expongan sus testículos a fuentes de calor.
No obstante, si tú no quieres tener hijos, el calor es una opción de control de natalidad. Nuestros antepasados lo conocían, y ahora los científicos modernos lo están redescubriendo.
Para que el hombre produzca buenos espermatozoides, sus testículos deben estar a una temperatura de varios grados debajo de la del resto de su cuerpo. Por eso los testículos están en el escroto, que tiene los mecanismos necesarios para proveerles un ambiente “fresco” y seguro.
Como los testículos siempre están a menor temperatura, una temperatura de 35 ºC es suficiente para deshabilitar las células del esperma. Por lo tanto, para usar el calor como método anticonceptivo y asegurar que la cantidad y motilidad de los espermatozoides baje drásticamente, es lo mejor exponer los testículos a una temperatura mayor que ésta.
No, por favor que no se te ocurra bajarte los calzoncillos frente a la estufa o echarte agua caliente. No por favor, para eso está la tecnología…
Uno de los métodos de calor más sofisticados es el ultrasonido. El ultrasonido somete los testículos a una temperatura controlada en dos sesiones con 48 horas de separación entre ellas.
El resultado: esterilidad temporal hasta por 10 meses, pero el efecto es reversible (a diferencia de una vasectomía). Sin embargo, no hay muchos centros de salud en el mundo en el que hagan este tratamiento. Además, es un tratamiento sobre el cual falta investigar más sobre sus posibles efectos a largo plazo.
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Fuente:sexologia.net
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