Nueva York/Katia López-Hodoyán/Especial para EDLP — Cada noche, entre el ruido del metro y el tráfico incesante de la Avenida Roosevelt, más de 100 personas esperan pacientemente la llegada del conocido como “Angel de Queens”.
Cerca de las 9:30 p.m. se comienzan a escuchar los murmullos: “Ya no tarda en llegar”, “a ver que nos toca hoy…”.
En cuestión de minutos, Jorge Muñoz, de 45 años, llega en su camioneta blanca, justo en la esquina de la Avenida Roosevelt y la calle 73 de Jackson Heights, donde lo esperan “los muchachos”. La gran mayoría son inmigrantes. Algunos no tienen trabajo, otros no tienen hogar, pero todos tienen hambre.
“Por lo general están aquí solos”, dice Muñoz. “No tienen apoyo, no tienen familia. No tienen a nadie que les diga, yo me preocupo por usted”, asegura.
Uno por uno, Muñoz les comienza a entregar su comida ya empaquetada y el refresco. Todo completamente gratis. Muñoz calcula que esta noche le dará de comer a unas 130 personas. Una cifra que ha aumentado bastante ante la crisis económica.
Muñoz es de origen colombiano y, a pesar de ser bajo de estatura, varios dicen tiene el corazón de un gigante.
“Yo pasaba por el área seguido”, dice José Luis Casarrubias, un joven mexicano que acude al área de dos a tres veces por semana. “Una vez le comenté que no tenía trabajo, y él me dijo que aquí él me podía ofrecer una cena cuando yo la necesitara”, agrega.
Cuando no alcanza la comida, Muñoz busca otra manera de ayudar .
“El otro día llegaron cuatro y yo ya no tenía nada. Fui a comprar dos órdenes de comida china en un restaurante que queda allí cerca”, dice.
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