lunes, 14 de septiembre de 2009

Clijsters gana a Wozniacki y se reencuentra con el éxito


Nueva York, (EFE).- La belga Kim Clijsters, que ha disfrutado de una invitación directa del Abierto de Estados Unidos tras retornar a las pistas hace dos meses después de una retirada de dos años, se reencontró con el éxito al superar a la danesa Caroline Wozniacki (7-5 y 6-3) en la final del último Grand Slam de la temporada.

La tenista de Bilzen, de veinticinco años, logra el segundo 'major' de su carrera y derriba los tintes frustrantes que se ganó en su primera época en activo, cuando sólo fue capaz de triunfar en una de las cinco finales que disputó. Precisamente, la del Abierto de Estados Unidos, en el 2005.

Nunca después volvió a Flushing Meadows. Hasta ahora. Lo que ha supuesto su decimocuarta victoria seguida en el Arthur Ashe Stadium, alentada, desde la grada, por Bryan Lynch y su hija Jada, de año y medio, argumentos de su retiro de la competición.

Clijsters ha vuelto para ganar. Y después de 1 hora y 33 minutos amenaza con formar parte de las animadoras definitivas de la competición. Con treinta y cinco títulos a sus espaldas, el último tras derribar a Wozniacki, se ha ganado el mérito de ser la primera no cabeza de serie y la primera 'wild card' en imponerse en Nueva York.

Su eclosión levanta, sin embargo, sospechas en la competición de mujeres. Una recién llegada, al margen de la competición, es capaz de derribar al resto de contendientes a las primeras de cambio.

Las dudas atenazaron a ambas raquetas. Por la magnitud del escenario y el acontecimiento. A una por la renta de su vuelta. A otra por la posibilidad de consolidar su esplendoroso panorama en el futuro del circuito, alentada por la inestabilidad en el cuadro, que frustró las expectativas de las favoritas y animó a las menos consideradas.

Por eso, la determinación con la que arrancó Clijsters fue frenada por su rival en cuanto se sosegó. Wozniacki, que acumula seis títulos y estará entre las mejores tras el Abierto estadounidense, se sosegó y se anotó cuatro juegos consecutivos.

Se ganó su derecho a confiar en el triunfo de la primera raqueta danesa, masculino y femenino, tras batir a jugadoras como la rusa Svetlana Kuznetsova, cuarta favorita o la rumana Sorana Cirstea, vigésima cuarta.

Pero en los momentos cumbres del set fue donde la belga tiró de la experiencia de antaño. La que le ubicó en la cima de la circulación del tenis femenino. Y se apuntó la manga.

Lejos de animar a la danesa a seguir luchando, la desesperó y llenó de fe a la belga, que transitó con mayor sosiego por el segundo parcial. Que le sirvió el triunfo y disparó su proyección en la vuelta.

Advirtió su retorno ahora como algo experimental. Sus esfuerzos eran para el próximo año. El empuje, el trabajo y la fe le dio el premio.

Clijsters, retorno y gloria

Nueva York, (EFE).- La belga Kim Clijsters, que carente de alicientes abandonó el tenis para buscar el sentido de la vida en un entorno familiar, distante de las urgencias y de la presión, decidió desviarse del sosiego y volver a la competición, orientada por un impensable impulso, meteórico, que ha sobrepasado cualquier expectativa.

A sus veintitrés años, con 34 títulos profesionales y respetada en el circuito profesional como parte de las alturas del ránking, la raqueta de Bilzen hizo público el anuncio de su retirada el 6 de mayo del 2007, harta del desgaste físico y del permanente esfuerzo por resurgir.

En el inicio del 2009 los rumores sobre su retorno fue comentario habitual entre los entresijos el tenis femenino. En marzo fue oficial. Medio años después, ha vuelto a acomodarse en la gloria.

Clijsters, la primera tenista que sin ser cabeza de serie logra el titulo del Abierto de Estados Unidos en la Era Open, la segunda, incluida el torneo masculino junto el estadounidense Andre Agassi en 1994. Más allá que Venus Williams, que alcanzó la final en 1997 o la australiana Kerry Melville en 1972.

La vuelta de la belga fue una decisión meditada. Calculada. Inicialmente experimental para el presente curso. Una toma de contacto. Contemplar el nivel en el que se encontraba el circuito. Tras probar en los torneos de Cincinnati y Toronto, con victorias meritorias ante las rusas Svetlana Kuznetsova y Victoria Azarenka, afrontó como invitada su participación en el Abierto de Estados Unidos.

No ha desperdiciado la 'wild card' la belga, alumbrada por la presencia en la grada de su hija Jada, de año y medio. Acumula Clijsters catorce victorias seguidas en Flushing Meadows. Retornó a Nueva York, donde no participaba desde que ganó en el 2005 el único título que resplandecía en su palmarés.

El triunfo ante la danesa Caroline Wozniacki derriba la el aspecto frustrante con el que la belga cargó en sus participaciones del Grand Slam. De las cinco finales anteriores, dos en el Abierto de Estados Unidos, otras tantas en Roland Garros y una en el Abierto de Australia, sólo la de Flushing Meadows provocó en la belga una sonrisa y felicidad. El resto, acentuó sus penas, aliviadas con los dos triunfos en el torneo de Campeones WTA.

Pero poco a poco Clijsters ha ampliado sus perspectivas. Una tras otra ha tumbado a jugadoras como la ucraniana Vikoriya Kutuzova, la francesa Marion Bartoli, su compatriota Kristen Flipkens y, especialmente, la estadounidense Venus Williams y la china Na Li. Pero sobre todo, a la vigente campeona, Serena, a la que ventiló en dos sets.

La minuciosidad con que se trató el retorno de Clijsters ha encontrado premio. Pero pone en cuestión la situación del tenis femenino, dominado por una raqueta, Dinara Safina, sin éxito de renombre alguno y donde las hermanas Williams, Venus y Serena, siguen imponiendo su ley.

La mirada a la farándula de otras aspirantes a la elite, como alguna raqueta rusa o la balcánica Ana Ivanovic, ha alentado las expectativas de otras jugadoras del circuito. Más distanciadas de la potencia. Más comprometidas con el tenis.

Clijsters trabajó seis horas diarias con Wim Fissette como asistente y Sam Verslegersen como preparador físico. Que han recuperado la determinación de la jugadora de Blizen. El talento lo mantiene.

El retorno de Clijsters, que impulsó el desarrollo de la raqueta en su país, fruto inminente Yanina Wickmayer, que alcanzó la semifinal del Abierto de Estados Unidos, ha alentado también otras vueltas venideras. Justine Henin, con la que mantuvo un mano a mano por el cetro mundial, que ambas ostentaron, durante algún tiempo, ya ha dejado entrever su deseo de retornar a la pelea. EFE

Autor: Santiago Aparicio

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