Cuando nos referimos a un lugar erótico donde mantener una relación sexual, sin dudas no debemos olvidar la tina de baño. Ya de por sí, el ambiente invita a la intimidad y la desnudez. Cuánto mejor si contamos con una espaciosa tina donde entregarnos al placer de la exploración del cuerpo de nuestr@ compañer@.
Procura llenar la tina con agua templada, a una temperatura que ambos puedan tolerar, pues si es demasiado fría o demasiado caliente la situación perderá todo interés. También puedes ambientar el baño con velas o una luz tenue y por qué no, algo de música tranquila.
Lo ideal es que el agua contenga esencias aromáticas, sales o espuma que estimulen los sentidos del olfato y el tacto. Las sustancias oleosas dejan un aroma muy agradable en la piel que acentúan la excitación. Puedes incluir también algunos pequeños ramos de romero, pétalos de rosas, flores blancas o ramitas de lavanda.
Un consejo que nos llega desde el antiguo Egipto (dicen que Cleopatara era su principal cultora) nos sugiere colocar en el agua de la tina, unas 10 cucharadas de leche en polvo. La untuosidad de la leche y la sensualidad del contacto con el cuerpo incrementará el placer.
No olvides que el agua es astringente, por lo que conseguir una lubricación adecuada podría demandar más tiempo del habitual. Dedica los minutos necesarios a acariciar el cuerpo de tu compañer@ con una esponja suave, aceites y espuma. La temperatura de la situación irá creciendo y juntos podrán compartir una experiencia de gran intimidad y goce de los sentidos.
Procura llenar la tina con agua templada, a una temperatura que ambos puedan tolerar, pues si es demasiado fría o demasiado caliente la situación perderá todo interés. También puedes ambientar el baño con velas o una luz tenue y por qué no, algo de música tranquila.
Lo ideal es que el agua contenga esencias aromáticas, sales o espuma que estimulen los sentidos del olfato y el tacto. Las sustancias oleosas dejan un aroma muy agradable en la piel que acentúan la excitación. Puedes incluir también algunos pequeños ramos de romero, pétalos de rosas, flores blancas o ramitas de lavanda.
Un consejo que nos llega desde el antiguo Egipto (dicen que Cleopatara era su principal cultora) nos sugiere colocar en el agua de la tina, unas 10 cucharadas de leche en polvo. La untuosidad de la leche y la sensualidad del contacto con el cuerpo incrementará el placer.
No olvides que el agua es astringente, por lo que conseguir una lubricación adecuada podría demandar más tiempo del habitual. Dedica los minutos necesarios a acariciar el cuerpo de tu compañer@ con una esponja suave, aceites y espuma. La temperatura de la situación irá creciendo y juntos podrán compartir una experiencia de gran intimidad y goce de los sentidos.
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