Seguro que a más de un curioso le ha llamado la atención la
considerable diferencia de tamaño de las ruedas de algunos tractores y
se ha preguntado por qué esto es así.
Un tractor es un vehículo automotor que, como su propio nombre
indica, produce tracción. Y está concebido para arrastrar arados,
rastrillos y otros aparatos agrícolas o para tirar de remolques gracias a
que sus ruedas se adhieren fuertemente al terreno.
La mayoría de ellos utiliza tracción a las cuatro ruedas para poder
moverse por los accidentados terrenos en los que son necesarios y los
perfiles de éstas son muy anchos —igual que ocurre con los vehículos
todoterreno— para poder agarrarse mejor al suelo y no derrapar
frecuentemente.
Ahora bien, para proporcionar la enorme fuerza de tracción que se les
exige, los tractores deben tener mucha potencia, lo que se traduce en
vehículos de gran peso. Si la superficie de contacto con el terreno
fuera muy reducida, el peso se concentraría en poco espacio y su
rendimiento se vería notablemente reducido. La solución es colocar unas
ruedas no solamente más anchas sino más grandes, distribuyendo así su
peso sobre una superficie mayor.
Pero ¿qué pasa cuando el tractor tira de un remolque? Si tanto las
ruedas delanteras como las traseras fueran del mismo tamaño existiría el
peligro de que un remolque muy pesado presionara al tractor hacia abajo
por su parte posterior provocando que las ruedas delanteras perdieran
contacto con el terreno. Pero con unas ruedas traseras mucho mayores el
tractor puede soportar mejor el peso del remolque y se evita el
problema.
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